El papa angélico y el restablecimiento del reino de Dios en la tierra
Al iniciar el segundo milenio, se propagaron diversas creencias y teorías que colocaban al fin del mundo como algo cercano. El hombre del medioevo pensaba recurrentemente en la figura del anticristo, del último emperador y de la llegada del papa angélico. Un religioso de la orden de Clunny, llamado Adso Dervensis, se refirió al anticristo como el enemigo de la fe cristiana. En lugar de llevar esperanza a la tierra, provocaría males y divisiones. Dadas las muestras de antisemitismo imperante, decían que el anticristo sería un judío presentado ante los demás como un mesías. Todo hombre contrario a las buenas costumbres y a las enseñanzas de la Iglesia fue considerado en su tiempo como la encarnación del anticristo. En un ambiente de pugna entre el mundo terrenal y el ámbito espiritual, no faltó quien etiquetara a la santa sede como lugar de residencia del anticristo.
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