Celso Garza Guajardo

Los lugares y los rumbos: Crónica al interior de la Casa de las Paredes Largas

Celso Garza GuajardoTenía que ir y fui.

Por décadas solamente pasé por sus banquetas, pues el misterio y el miedo a la vez sólo permitían rodear la casa, pasar por el callejón o verla desde la plaza. A veces mirar tras de una ventana por la puerta momentáneamente entreabierta. Los recuerdos son siempre de color gris o plenamente obscuros, quizás en alguna ocasión vimos una luz de lámpara de gas… a sus moradores los vimos como traspasando los cuartos, de largos cabellos y barbas canas… unas damas de enaguas saliendo calladas y tristes, ensimismadas… unos gritos sin memoria… un vagar de años en aquellos cuartos sin luz y sombras entre paredes y techos atrapados… y unos pianos que a veces como en lamentos, tocaban.

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Celso Garza Guajardo

Los lugares y los rumbos: El Cine Baldazo… la última función

Celso Garza GuajardoEl Cine Baldazo apagó sus luces por dentro y por fuera… nadie sabe por qué pero apagó sus luces, al menos en esta etapa en que le conocimos, quién sabe qué será de él después. Se dice que la Compañía Operadora de Teatros registraba números rojos en su funcionamiento, se dice que los dueños solicitaron el local;  pero sobre todo, se sabía que la gente ya va poco al cine, cada vez menos y quienes lo hacían de vez en cuando, parecían fantasmas en aquel gran huacalón… en fin, eso le está pasando a muchos cines en las ciudades y en los pueblos, se transforman, se hacen multicinemas bajo otra administración de proyecciones enlatadas y consumistas… quién sabe, lo cierto es que cerró el Cine Baldazo y con ello se fue toda una época del esparcimiento cultural y familiar de nuestro pueblo.

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Celso Garza Guajardo

Los lugares y los rumbos: La calle de la estación

Celso Garza GuajardoEn una callecita… de cuadra en cuadra tiene un quiebre, como siguiendo su propio arroyo hasta que se pierde en la sombra de la distancia. De oriente a poniente, la calle es estrecha y popular en cada tramo; no es larga, aunque lo parezca y como todas en el viejo pueblo, se inicia en las inmediaciones de la acequia y se va curvando según los solares y sus dueños… según se fincaba, en medio de la propiedad o sobre el límite de ella… según las banquetas, fueran de terraplén, cubiertas de loza de piedra, pequeñas y estrechas o elevadas y anchas, cubiertas de cemento…

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Celso Garza Guajardo

Los lugares y los rumbos: Un recodo de viejas paredes

Celso Garza GuajardoNo es tanto por las paredes… es por el lugar… y más bien por el pasado. Es por lo que está sucediendo. No solamente ahí, sino también en casi todo el pueblo. Día con día, aquí y allá, en muchas partes se están derrumbando lo viejo… lo viejo que suponemos ya no sirve o dejó de ser útil… se está derrumbando todo eso que se abandonó y se dejó de usar… está sucediendo el vertiginoso derrumbe de muchas casas, bardas y banquetas… la vertiginosa construcción de otras casas.

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Celso Garza Guajardo

Los lugares y los rumbos: La tiendita de doña Bernardita

Celso Garza GuajardoEstaba enclavada en el cruce de dos calles en la cuales durante todo el día predominaba el movimiento del trabajo: enfrente estaba la Maderería y Ferretería de don Melchor Flores y de sus hijos, más dos lindas empleadas que despachaban con gracia y amabilidad clavos y tornillos; en contraesquina, la fábrica de vestidos en toda forma ya, de don José Larralde y su señora esposa; en la siguiente esquina, la casona dónde en el pasado estaba instalado el molino, luego una papelería, una dulcería, en fin… y a la vuelta la carpintería de mi padre. El movimiento en ese cruce de calles, era permanente: albañiles, carpinteros, plomeros, compradores, empleados, obreros del taller, vecinos rumbo al molino, alumnos y maestros hacia la escuela… y en la esquina estaba la tiendita… ahí en la esquina sur oriente de las calles de Juárez y Mina.

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