Profr. José Mario Elizondo Montalvo

Una cacería sin armas: Primera Parte

Una cacería sin armas, solo la cámara fotográfica

Profr. José Mario Elizondo MontalvoEste relato no se inicia en el Rancho el Cirujano, por lo contrario en un gran salón Restaurante Bar, al que nosotros llamamos el “Ocho” lugar al cual ocurrimos con el pretexto de jugar billar, tomar una cerveza con motivo de un cumpleaños, un no cumpleaños, o conversar sobre política, anécdotas, achaques y desde luego enfermedades.

En esta ocasión, la reunión en lugar de ser por la tarde, como es nuestra costumbre de la una a las tres, la programamos en la noche con el pretexto de ver el encuentro de fútbol donde participaban los Tigres.

Mesa de billar

El decepcionante desempeño de los jugadores del club Tigres y la insistencia de siempre del Profr. Miguel, dio motivo a pedir las fichas del dominó, como gran jugador y campeón de Sabinas; mi apreciable compadre de inmediato con una sonrisa al llegar éstas, las mueve sobre la mesa y tomando una dice: cada quien tome una y la mayor en puntos juega en pareja con la de menor puntos.

La partida quedó así: Miguel y Rubén contra Ernesto y Mario, mis compadres Miguel y Rubén son adictos practicantes del juego de dominó. Mi compañero Ernesto ni tardo ni perezoso tomó sus fichas diciendo, tu sales, como si supiera que tenía la carreta de seises, dijo no nos van a intimidar, aunque se juntaron dos que juegan bien, lo mas peligroso no es eso, es que son muy tramposos.

Iniciamos la primera jugada, preguntamos por las reglas y la apuesta, mi compadre Rubén lo definió, 20 pesos el juego y si el perdedor no llega a 50 puntos paga 40 pesos y siendo zapato (0 puntos) se paga 60 pesos, aclarado esto, se nos sirvió la primera cerveza, el juego se desarrolló con calma, solamente Miguel hablaba y hablaba, Ernesto siguió apoyándome para colocar mis fichas, mientras Miguel continuaba dando indicaciones, y comentó, esto es pan comido.

Miguel Garza ante la mesa de billar

Se dio la gran sorpresa no se alargó mucho el primer juego les ganamos, ellos no llegaron a completar 50 puntos así que perdieron 40 pesos cada uno.

Siguió la segunda partida Miguel ya no sonreía, decía, fue chiripa, fue chiripa, en esta ganamos la primera partida 46 puntos, la segunda jugada 26 puntos, la tercera, Miguel ya no sonreía, dijo ¿cómo es posible que nos están ganando? Le dice a su compañero, cuidado, cuidado, vamos en cero y así fue, les ganamos sumando 116 puntos a cero, perdieron 60 pesos mas cada uno.

Grupo de amigos

Ernesto Aguilera gozaba a más no poder, con sus manos hacía una señal tocándose la boca y como si fuera a cerrar un zipper hacía, shhh…. Shhh.

Seguía el tercer partido, ya no pedimos cerveza todos estábamos concentrados en el gran juego, la televisión ya estaba apagada, el equipo Tigres para variar había perdido; el reloj de este restaurante marcaba las 12 de la noche, todo en nosotros era calma, concentración, miradas, silencio, las personas que jugaban billar seguían en sus partidos, el mesero, un joven que nos servía, estaba enterado de nuestro juego, esperando una buena propina nos atendía sirviéndonos variadas botanas, Rubén fija su vista en la mesa, Miguel no hablaba, Ernesto concentrado sonreía discretamente, retiró de la mesa sus fichas, las tomó en sus manos, no podía permitir ninguna maña de estos lobos heridos, me quedé viendo firmemente a Miguel, después a Rubén y le dije a Ernesto, ahora te toca a ti salir, voy a seguir tu juego y pondré cada ficha para de una vez acabar con ellos, seguía el silencio entre nosotros mientras en el salón todo era algarabía, el mesero dejo de atender a todos sus clientes para concentrarse exclusivamente a nosotros y ver este gran final.

Juego de dominó
Ernesto señala a Rubén: No hagas trampa.

Sale Ernesto y se acuesta con la carreta de güeros, Rubén golpeo la mesa, y dijo paso, Miguel intenta sonreír, Mario puso la ficha adecuada, Miguel golpeó la mesa al poner su ficha, sigue el juego de Ernesto, Rubén vuelve a pasar, continúa la ronda y en el tiro de Miguel en son de triunfo dijo cerrado, ya ganamos; suma, suma, Rubén, alto le dije: te equivocaste y poniendo la ficha adecuada se hizo la polémica.

Miguel Garza

Rubén que es el técnico y conoce las reglas dijo: este error se castiga con 25 puntos a favor de ellos, nosotros no discutimos, les estábamos ganando y 25 puntos mas nos aseguraban el triunfo del tercer juego, con la ficha que deposité se pudo seguir, Ernesto terminó asegurando este tercer triunfo, aquello era alegría, risas entre los triunfadores y la seriedad de mi compadre Miguel que seguía diciendo “chiripa”, “chiripa”.

Amigos jugando dominó
Terminó el reto, Miguel insistió “La próxima jugada la ganaremos”.

No podemos seguir jugando, dijo, Ernesto esto puede causarle un trauma, o complejo a Miguel y ni tardo ni perezoso pidió la segunda parada de cervezas para romper el momento, el mesero nos sorprendió pues fue tan rápido para servirnos que Rubén dijo, sabes Mario que este primer trago que le doy a la cerveza, termina con el sabor amargo de nuestra derrota; más no opinó así Miguel que exigió, quiero la revancha, pero como ya es tarde la quiero en mis terrenos Sabinas Hidalgo, N. L., mi tierra me da fuerza, sabiduría y paciencia.

Observé que apenas terminé mi primer trago, cuando Ernesto sin consultarme dijo, aceptamos, que Mario escoja un punto neutral que no sea Sabinas, y para que vean nuestra buena voluntad les perdonamos los 120 pesos que cada uno nos debe pagar, aceptando le dije, nos vamos al rancho “El Cirujano” que mi hijo Mario tiene rentado para la cacería en esta temporada, se encuentra ubicado en San Carlos, Vallecillo N. L. Se fijó la fecha sábado 10 de noviembre.