Juan Morales Garza

El abuelo materno de Manuel M. García y la Guerra Civil norteamericana

La Vida Inquieta de Don Manuel M. García

Juan Morales GarzaPara hablar de él es necesario remontarnos a mediados del siglo antepasado, transcurría el año de 1850 en el Real Santiago de las Sabinas, cuando Domingo García casó con Carmen Mireles, abuelos paternos de nuestro biografiado, procrearon cuatro hijos, un varón y tres mujeres; Manuel su padre, María del Refugio, María de las Nieves y María Francisca García Mireles. Su padre era un muchacho humilde que se dedicaba a las labores del campo ayudando a su familia y tenía facultades para tocar el arpa y para cantar, ese fue su origen paterno.

Mientras que en el país vecino del norte se desataba la guerra civil o guerra de secesión en el año 1861; los norteños luchaban con Abraham Lincoln por la abolición de la esclavitud en contra de los sureños esclavistas y separatistas.

Un rico hacendado de Texas llamado Roberto Martin casó con Isabel Robinson, abuelos maternos de Don Manuel, procrearon una hija llamada Clara Martin Robinson, madre de nuestro biografiado, siendo estos sus orígenes maternos.

Al triunfo de los norteños en abril de 1865, amantes de la abolición vencen a los esclavistas y separatistas sureños; Don Roberto Martin no queriéndose someter a la derrota huye a México acompañado de su hija Clarita de 4 años de edad, su ama de llaves llamada Luisa, Julián su capataz negro y un grupo de esclavos, un tren de carromatos como transporte y arriando a caballo un gran número de reses. Emprenden la huida y en el transcurso del viaje venciendo un sinfín de obstáculos y penalidades, desesperados por cruzar la frontera; pierden parte del ganado y un carromato con pertenencias, comida y agua; cansados llegan a San Ignacio, Texas a la orilla del río Bravo entre Laredo y Guerrero y sin medir las consecuencias pensando que los pueden alcanzar y apresar, se lanzan precipitadamente a cruzar el río con los carromatos y ganado, alcanzando a pasar un poco más de la mitad sufriendo aparatosos daños; son arrastrados por la corriente, salvándose milagrosamente de ahogarse, perdiendo todo el ganado, los carromatos y la mayor parte de sus pertenencias y sólo recuperan unos cuantos caballos. Ya en territorio mexicano descansan y continúan la huida pasando por diferentes puntos, venciendo obstáculos y sobreponiéndose al cansancio y a la fatiga, llegan a Real Santiago de las Sabinas, donde pensaban descansar y surtirse para continuar. Sin embargo deciden establecerse en el Real de Santiago de las Sabinas, era el año de 1865.