El banco del carpintero
El banco del carpintero era como una alcancía de recuerdos al revés: las señales de los serruchos, los martillazos, los golpes y los brochazos que recibía constantemente, expresaban los esfuerzos del carpintero por obtener el sustento diario.
El banco del carpintero parecía como clavado al piso, formado de maderas gruesas aguantando el pesado trabajo y la jornada diaria del carpintero, siendo con los años su más fiel escudero de labores artesanales.
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