Estudiar la carrera de enfermería
Su segunda decisión importante vino cuando el ministro que la bautizó le propuso aceptar una promoción para acudir a la ciudad de Puebla, a estudiar la carrera de enfermería en el Hospital Latinoamericano de Puebla, institución bautista que estaba solicitando aspirantes a enfermeras entre las iglesias de Nuevo León. Josefina aceptó, aun en contra de la opinión de sus hermanos que no veían con buenos ojos el alejamiento de las más pequeña de las mujeres.
Al respecto, ella misma escribiría posteriormente: “En años pasados, la que esto escribe, tuvo que salvar barreras que parecían imposibles de vencer, para poder llevar adelante su vocación… la que se preparaba para esta carrera tenía que afrontar el desprecio y la crítica; pero en mi caso nada me importó porque al estudiar para enfermera nunca creí cobrar remuneración ideal más noble: servir a Cristo en la persona de los desvalidos”. (Periódico “Semana” No. 617, pág. 1, 1966)
Fue así que la señorita que ya era, se encamino a la lejana ciudad donde cursó con éxito sus estudios profesionales, al lado del famoso doctor Meadows y la no menos legendaria Miss Ridge. Recibió su título de enfermera y partera en el año de 1925 cuando contaba con 22 años de edad.
Regresó a su tierra buscando prestar sus servicios en la ciudad de Monterrey, sin tener suerte. Trabajó en Linares atendiendo enfermos y aplicando inyecciones. Buscando mejores horizontes, se dirigió a los Estados Unidos, concretamente al Valle de Texas, donde para sobrevivir, se dedicó algunos días a pizcar algodón, al igual que otros braceros que emigraron de su tierra.
El ministro de la Iglesia bautista de Brownsville le sugirió entonces que buscase trabajo en el Mercy Hospital, donde logró colocarse ejerciendo junto a un grupo de monjas católicas quienes, al ver el gran amor por su profesión y el enorme sentido de responsabilidad de Josefina, la apodaron “La Monja Protestante”.