Por la madrugada de ese día se dejaban escuchar la serenatas para los Juanes y las Juanitas del lugar y durante el día se veía a los señores y jóvenes montados en sus caballos, había carreras, chiva colgada, el juego de la argolla, el gallo enterrado y premios para los triunfadores.
Por la noche para cerrar con broche de oro el tradicional baile amenizado por el acordeón del tío Satiro Serna y el bajo sexto del tío Eligio de los Santos de Los Colorados y así en cada uno de los pueblitos tenían su música predilecta. Los muchachos querían bailar con las Juanitas y las muchachas con los Juanes. Todo era fiesta y alegría en cada uno de los pueblitos de Vallecillo.