Con el propósito de dejar testimonio escrito de la amistad que se obtiene cuando en la profesión en que uno se desempeña el comportamiento es basado en la ética, la presente sirve como un ejemplo de tantos que puedo narrar y que seguiré cosechando gracias a mis ex alumnos que me brindan el aprecio por haber sido su maestro.
Esta narración es dedicada a mi ex alumno Profr. Guadalupe Venegas Garza, quien a base de esfuerzo superó con creces todas las vicisitudes que tuvo, hoy es un triunfador como esposo, padre y abuelo.
A quienes privilegien la lectura de esta narración, agradecemos su bondad disculpando los errores involuntarios que puedan encontrar.
