Breve crónica de una jornada

Aquellos años que soñé

Celso Garza GuajardoDesde hacía varias semanas, el cuadro estaba terminado para ser trasladado a su destino final en el Palacio Municipal de Sabinas Hidalgo.

El cuadro se titula “El Real de Santiago de las Sabinas, 1693”.

Es un óleo que mide tres metros por seis, y fue realizado por Nelly Mascareñas Ruiz y Héctor Valdez Mora… es una estructura de madera armada y enyesada… todo fue realizado en Monterrey allá por el Cerro de las Cumbres… Fue planeado y patrocinado por el Profesor Abiel Mascareñas Valadez.

El cuadro, decíamos, estaba listo… es más, se le colocó un marco en rieles para darle rigidez y poder facilitar su traslado… en la prensa comenzaron a salir algunas noticias… pero el cuadro aún no estaba en Sabinas.

Unos días antes, le había comunicado el Profr. Abiel Mascareñas mi disposición de estar presente en el momento del traslado.

¿Quieres ir?– me dijo, –Sí– le contesté.
–Bien. Será este fin de semana. Yo me comunico contigo por teléfono–

Mas resulta que fue a mediados de semana: el miércoles 2 de julio (1986)… en la mañana una llamada informando que ese día por la tarde, partiría en un trailer el mencionado cuadro.

Salí de mi trabajo… me dirigí a la casa, comí apresuradamente y luego ¡Oh, novedad! ¡mi carro no funcionaba!

Conseguí otro y me dirigí al Cerro de la Cumbres. La escena era singular, un enorme trailer adentro del colegio… el profesor Abiel y sus maestros y trabajadores se encargaron de acomodar la pesada obra…

Se nos dio el mandato: “Lleven este cuadro a Sabinas y entréguenlo en nombre mío y de mi familia. Es para el pueblo…”Abrazos y sonrisas… el gozo compartir una encomienda de esa trascendencia.

La caravana se enrumba… en su carrito viejo Joel Montemayor Soto y su esposa Yolanda Alvarado Ruiz… en el trailer, su dueño y chófer Romualdo Alvarado Ruiz, quien gratuitamente ofreció sus servicios, y el profesor Héctor Pedro Ibarra Treviño… atrás, en mi carro prestado, un servidor al volante y como escolta el profesor Salomón Santiago Chapa Chapa. Se toma por Paseo de la Victoria, Raúl Rangel Frías, Lincoln, Fidel Velázquez, Avenida Universidad y salida por San Nicolás de los Garza hacia Sabinas…

El caminar por la carretera fue tranquilo, el campo verde y esplendoroso por las bondadosas lluvias recientes… Ciénega de Flores, Mamulique, Los Picachos, el entronque para Agualeguas, la Acequia del Agua y la loma desde donde se divisa Sabinas; más luego, la Hacienda Larraldeña, envuelta ya en otras colonias y trazos urbanos.

Entramos por Bella Vista, discreta y calladamente como siempre. En el río, el agua maravillosamente corriendo y niños y jóvenes bañándose en múltiples lugares y recodos… como que el río sonrió a nuestra llegada.

El trailer estacionado frente a la Presidencia Municipal, el alcalde Gustavo Ancira, el Secretario Malio Perales, Don Policarpo Serna, Don Nicasio Escamilla, Don Casimiro González, el Profr. Santiago Vara Jiménez y vecinos de la plaza se acercaron para ayudar a bajar el cuadro… todos éramos estibadores improvisados…

Más acá, más acá…
–No, no, por allá.
–¡Empujen más!
–Con un lazo asegúrenlo de arriba…
–¡Con cuidado, sosténgalo fuerte…

Esas y muchas otras sugerencias más se pronunciaron en los minutos aquellos en que bajo el duro sol, se colocó por fin el cuadro en el pasillo de entrada a la Presidencia Municipal.

En un sencillo acto hicimos entrega al alcalde, en nombre del profesor Abiel, de la obra en cuestión. Todo mundo admiró el trabajo de los artistas, la filantropía de quien la donaba y la historia plasmada frente a nosotros.

Nos despedimos. Romualdo Alvarado Ruiz se retiró satisfecho en su trailer… Joel y Yolanda, como marido y mujer, se fueron a un convivió de su generación normalista, y en mi carro nos regresamos Salomón Santiago, Héctor Pedro y yo.

Al pasar el río, observé otra vez las aguas cristalinas corriendo y una estampa que hace mucho no contemplaba, los barrancos de Bella Vista cargados de mezquites que en lo alto daban sombra llenas de nostalgia.

El regreso a Monterrey fue pletórico de pláticas del recuerdo y de anécdotas… a veces yo me quedaba callado y entonces Salomón Santiago me preguntaban si estaba fastidiado…

No… estoy bien.– Y seguía pensando en los buenos sabinenses en Monterrey, que espiritualmente nos acompañaban en ese viaje… personajes como Juan Garza Garza, Jorge Mascareñas Valadez, Pablo de los Santos, Héctor Jaime Treviño Villarreal, Gustavo Garza Guajardo, Óscar Garza Guajardo, Leonel Garza, Rodolfo de León, los clubes de damas de Sabinas en Monterrey y en San Nicolás… y tantos, tantos más que espiritualmente estuvieron acompañándonos en esa breve jornada de la cual ésta en su crónica…

4 de julio de 1986.