Celso Garza Guajardo

Historias y Leyendas: La Banda de Guerra de la SCOP

Aquellos años que soñé

Celso Garza GuajardoEn 1935, cuando estaba el campamento de los trabajadores de caminos a la salida del pueblo hacia el Norte, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas obsequió, además de los materiales par a dos equipos de beisbol, los tambores y cornetas para integrar una banda de guerra.

Prácticamente fue la primera banda de guerra en el pueblo… peones, albañiles, intendentes y demás trabajadores de caminos, rostros quemados al sol, de manos encallecidas, erguidos como soldados pese a la carga de los trabajos diarios, formaron aquella banda de guerra… era la década de los 40s, cuando los años de la Segunda Guerra Mundial… la banda participaba en los entrenamientos de instrucción militar a la ciudadanía en los patios de los Colegios.

Los integrantes de la Banda de Guerra de la SCOP se me figuraban soldados entrando y saliendo de un cuartel por las calles del pueblo, más cuando ocupaban gallardamente su lugar en los desfiles cívicos su presencia daba un sentido más popular y nacionalista al sonar de sus cornetas y tambores. Don Teodoro Moroyoqui, trabajador de camino, ex-soldado que había llegado a estos lugares después de la revuelta escobarista, originario del estado de Durango, fue su primer instructor, junto con la corneta José Solano, también ex-soldado en funciones de enfermero, trabajador de caminos por muchos años, originario del estado de Hidalgo. Ambos mantuvieron la disciplina y la formalidad de aquella banda de guerra por esas décadas.

El campamento de la SCOP era un lugar importante, como también lo ha sido el local del Sindicato de los Trabajadores de Caminos, pues fue el primer edificio como tal de un sindicato en el pueblo, por la calle de Escobedo… con esos dos lugares relaciono siempre a la Banda de Guerra.

No sé cuándo se desintegró la Banda de Guerra de la SCOP… quizás por la década de los 60s. Tampoco sé que fue de todos ellos, lo que sí se es que las Dianas, los Redoblados y demás sonidos de sus cornetas y tambores, aún quedan en el corazón de muchos de nosotros… fueron parte del buen civismo de este pueblo.

Otras bandas de guerra se formaban en las escuelas, con estudiantes… más cuando observo los desfiles de ahora, busco a la banda de guerra de los trabajadores de caminos y no la encuentro… sólo está en la imaginación… en donde escucho el redoblar de sus pasos y la marcialidad de sus sonidos.

La primera banda de guerra del pueblo, la de los trabajadores de caminos… Teodoro Moroyoqui y José Solano, sus leales instructores, al igual que todos sus componentes, pasaron a la historia cívica… esta crónica es un toque silencioso de Diana a la memoria de todos ellos.

20 de junio de 1988.