El río del pueblo es muy singular… nace en Mina, pasa por Villaldama y Parás, pero se llama Sabinas. Es un río seco, sencillamente seco, de piedras que le brillan al sol entre laderas de la sierra y barrancas silenciosas, recodos perdidos y charcos que fueron o están dejando de ser… en fin, que el río ahí ha estado, lleno de piedras y de jarillas, de árboles en sus riberas y de sabinos ahí donde el agua permanece… por eso se llama Sabinas… Río Sabinas… el río del pueblo.
El río únicamente trae agua en todo su cauce cuando llueve… cuando llueve mucho en la Sierra Madre, hacia el cañón, hacia Villaldama, hacia Mina… entonces se da una “creciente”, una “venida de agua”, en un instante entre el aguacero persistente el río se llena de aguas embravecidas y revueltas, llevándose a su paso todo lo que se encuentra: palos y basuras, cercas y animales… es la creciente del río y todo el pueblo va a ver el gran acontecimiento.
Al término de la creciente quedan las aguas cristalinas por varios meses y a veces por todo el año… mas lo que verdaderamente le da vida al río, vida a los sabinos y nombre al pueblo, es el ojo de agua que brota en la barranca de la sierra a un lado, del río, antes de subir a los tres picos… en un tramo de tres kilómetros el río es frescura y sombra de sabinos, manantial deslizando sobre el canal de La Turbina, el Charco del Lobo y Las Paralelas, las represas y a los lados las acequias que luego cruzan el pueblo por entre las viejas haciendas, solares y labores de todos los tiempos.
El ojo de agua lleno de sombras y de sabinos al bajar las riberas, el agua se esconde en el subsuelo y el río se llena de piedras, los recodos están secos y los barrancos demacrados y allá a lo lejos, sobre el lecho del río, empiezan a poblarse casas y casuchas, muchas, la cuenta se ha perdido… como remate de todo lo que es el río, están los puentes y los vados… los puentes y los vados que han visto pasar el tiempo, las generaciones y los recuerdos.
El vado como puente de la carretera a Villaldama, se confunde con el río seco y pedregoso al empezar el cañón… el vado que es camino plano para pasar a la colonia Lozano, de cuando el pueblo creció para ese rumbo, allá por 1930… el vado de Bella Vista, bien parece vereda de toda la vida, de las dos partes más antiguas del pueblo, es ahí donde se siente el río y se siente el tiempo, se ve el día, la noche y se gozan las aguas cuando llegan a crecer… el puente de la carretera que pasa por el pueblo.
Las mejores imágenes de los vados y los puentes del río del pueblo pueden ser las siguientes: pararse una noche de luna llena a mitad del río, en el vado de la carretera a Villaldama para contemplar la “cara del indio” en el pico de Sabinas… cruzar en bicicleta el vado plano a la colonia Lozano… ver a las bellas muchachas cruzar el río sobre el vado que es vereda a Bella Vista… observar a un cochero de viejo oficio hacerle la señal con su chicote, a un autobús o trailer para que respete la velocidad que él lleva con su caballo al trote en pleno puente de la carretera.
En fin, que el río del pueblo está lleno de piedras y de recuerdos… por sus puentes y vados sigue pasando el tiempo y las generaciones.
5 de abril de 1988.