Renuncia de una Alcalde

Legado Histórico Sabinense

El 1o. de enero de 1927, tomó posesión como Presidente Municipal de Sabinas Hidalgo, Gaspar Ibarra, después de que la Junta Escrutadora, conoció de la elección realizada; como secretario quedó Enrique Chapa y el puesto de Tesorero lo ocupó Gilberto Garza Fernández, desde el día 8 del mismo mes.

El Gobernador nombró a Fernando Chapa Sr. como Juez Civil, el 14 de febrero en sustitución de Manuel Flores Santos.

Para finalizar este nombramiento, el ayuntamiento sabinense le envió una terna, cuyo último lugar era el ocupado por el Sr. Chapa y seguramente, por las dudas, el Alcalde le envió un escrito al respecto a Don Jerónimo Siller, quien era el Gobernador.

… “Me permito suplicar a Ud. con todo respeto que expidiera el nombramiento a favor del Sr. Fernando Chapa Jr. Que figura en último término de la terna…”–.

El 6 de abril, al alcalde envió un extenso informe al Gobernador del Cambio de Comité que había en “Paso de Cabras”. Atendiendo los problemas de la escuela del lugar, ya que estaba constituido por una sola familia que no promovía bien lo necesario y no informaba del manejo de los fondos existentes.

Don Gaspar, establecía en su escrito la diferencia del Comité de la Hacienda Larraldeña, donde sí se trabaja con rapidez y eficiencia en la escuela.

Exigía el Alcalde que el Director de Instrucción Federal no interfiriera con sus funciones en el municipio, pero también le pedía que no retirara –en represalia– los beneficios de la escuela aludida:

… “pero si tal caso se diera, se sustituiría por una Escuela Municipal no habiendo más que lamentar, que el aumento de egresos para el municipio y el incidente a que estoy haciendo referencia”.

El Comité aludido se había establecido en el lugar hacia año y medio aproximadamente, a iniciativa del Profr. Jonás García, Director de instrucción Federal.

A tal grado llego la tirantez entre el alcalde Gaspar Ibarra y el Profr. García, que éste pidió el apoyo de las fuerzas armadas que comandaba el Coronel R. García de Alba, Jefe de Estado Mayor, quien turnó al Gobernador, el acta que se levantó al deponer al citado Comité.

Otro paso que dio el alcalde consistió en remover al Tesorero Municipal Garza Fernández y designar para el puesto a Benito Ríos, en los primeros días de mayo.

En junio, el alcalde pidió y obtuvo permiso para dejar el puesto por un mes y el 12 de agosto volvió a sus funciones.

Las relaciones entre el funcionario citado y los miembros del Ayuntamiento se habían ido deteriorando, a causa de varios factores que cada quien enfocaba según su visión.

El día 3 de septiembre, se realizó una junta extraordinaria, presidiendo Cayetano Guajardo y estando presentes los regidores Manuel Rodríguez, Manuel Ancira G., Carlos Solís, Nicasio Escamilla y Gorgonio Ruiz A.; en dicha sesión se presentó una acusación escrita contra el alcalde Ibarra, por supuesta irresponsabilidad y falta de respeto al puesto, hacer mal uso de ciertos impuestos y otras fallas e irregularidades.

En la acusación anterior se pedía al cuerpo municipal, que ya no permitiera el regreso del alcalde, al concluir la licencia que nuevamente había solicitado.

–… “Por exigirlo así el decoro y buen nombre de la administración pública de Sabinas Hidalgo”– terminaba el escrito acusador.

Las palabras y los supuestos delitos, eran expresados con fuerza y violencia propias de contradicciones y luchas políticas donde se disputa el poder, por ello no faltó otro munícipe que acusó al acusador que todo lo que decía:

–“No era capaz de probarlo”

“Y que ___ continuaba:”

–“¿Porqué no había citado a todos los miembros del Ayuntamiento a la sesión?”.

Volvió a intervenir el acusador del alcalde diciendo:

–“Si a juicio del señor… hago mal, que me acuse donde él quiera, pero, entretanto, yo repito lo dicho.

Hubo discusión en torno a si debía pasar al acta la acusación y al aprobarse, puesto que ya no había Presidente Municipal, se designó a Manuel Rodríguez para ocupar el cargo.

Enseguida, se trató un asunto relativo al nombramiento de Director de la Escuela de niñas y se acordó que se nombrara al Profr. Eugenio Solís y se enviara el pasaje, para el jueves 8, vuelva al pueblo y ocupe la dirección.

Se presentó, también la petición de los profesores de la escuela oficial de niños para que se mantuviera ahí al Profr. Martínez Leal, ya que:

–… “su constancia y energía en favor del discípulo ha ido siempre aparejadas con las eficacia de sus esfuerzos”.

Se defendía al ameritado, maestro con este argumento, además:

–… “dicho señor, por sus servicios prestados de veintinueve años a una parte de la sociedad sabinense, es acreedor a algo más que la consideración que merece un simple maestro de escuela…”.

Se acordó que el Profr. Solís, ganara como Director $150 pesos y el Profr. Margarito Martínez Leal, como Subdirector, $80 pesos mensuales.

Se terminó la sesión extraordinaria, acordando contar para el día siguiente.

El Gobernador viendo que las dificultades internas en el municipio podían causar más daño al pueblo de lo que ya se causaba, rechazó la destitución de Gaspar Ibarra y lo restituyó en el pueblo; sin embargo, esta medida acaloró más la situación y se sucedieron los problemas, ya porque el ayuntamiento autorizó funciones de cine en la escuela de niñas estorbando las tareas escolares y Don Gaspar tuvo que ordenar el fin de aquel negocio que, además, no producía ganancias significativas; luego, se opuso al donativo para pasaje del Profr. Eugenio y lo vetó por considerarlo:

–“de opinión netamente antirreeleccionista”, y que “les ayudara en su propaganda con motivo del plebiscito…” (¿¿??).

Enseguida, el alcalde cesó al director de los Juzgados Locales, Tomás Chapa Martínez, por ser amigo de los miembros del ayuntamiento, pero sobre todo por no cumplir con sus obligaciones y falta de respeto al Alcalde 2o.

El Ayuntamiento contraatacó y le exigió reunión extraordinaria, allí hicieron mayoría y removieron al secretario y nombraron a Chapa Martínez, para tal puesto, con el disgusto natural del primer funcionario municipal.

Don Gaspar, expuso al Ayuntamiento, que tenían derecho a nombrar al Secretario –… “Pero que lo hicieran designado otra persona, la que ellos quisieran de entre sus amigos políticos…”.

–“Pero obstinadamente me impusieron al Citado Chapa Martínez” –escribió el Alcalde al Gobernador.

Al calor de las fuertes fricciones existentes, los golpes continuaron y aprovechando que el nuevo secretario acudía con retardos a sus funciones:

–“… habiendo tolerado esto varios días tuve que retirarlo al fin” –continuó en su informe Don Gaspar.

El alcalde también se opuso a ciertos salarios otorgados por el ayuntamiento a algunos funcionarios, por considerarlos injustificados y renunció a dos policías que no obedecían sus órdenes.

El día 30 de diciembre, el Alcalde citó a sesión ordinaria y nadie acudió.

–“…La labor de los señores munícipe es contraria a los intereses del pueblo y favorables sólo a sus amigos políticos…”.

–comentaba en informe al Gobernador.

Ante los problemas que enfrentaba con el Ayuntamiento y explicándole las medidas que se había visto obligado a tomar, terminaba su informe pidiéndole consejo, para ajustar su conducta a la ley.

El 20 de diciembre, los Regidores y Síndicos enviaron una denuncia contra el Alcalde: por destituir al secretario Chapa Martínez y nombrar a Jesús Rodríguez B.; no acatar nombramiento de policías; permitir establecimientos de juegos prohibidos; no cuenta de la correspondencia oficial; no permitir sesiones de Ayuntamiento, etc.

Los denunciantes apoyaban sus acusaciones e puntos de la ley muy concretos, relativos a sus atribuciones como Ayuntamiento y concluían su documento:

–“A Ud. Sr. Gobernador… muy respetuosamente pedimos se sirva considerar a las Autoridades correspondientes las faltas y delitos que denunciamos, para lo que proceda mejor en derecho y acuerde lo conducente”.

Firman: N. Escamilla, Pedro González, Melchor Flores G., Heriberto Cantú, Gorgonio Ruiz A. y Manuel Ancira.

Por aparte, los mismos funcionarios presentaron las mismas acusaciones al Gobernador sobre las “irregularidades observadas por el C. Presidente Municipal… que tienden a obstruccionar la labor de esta Corporación…”.

En palabras más directas y precisas establecían que trataba de:

–“… nulificar todos los actos del Ayuntamiento por el solo deseo de estorbar”.

Y finalizaban éste otro escrito acusatorio:

–“… si a bien lo tiene, consigne a quien corresponda estas anomalías y se ponga fin a inconsecuencias de este funcionario”.

El 16 de enero de 1928, el Gobernador envió una contestación a los funcionarios municipales citados, donde establecía que “debe continuar como Secretario el Sr. Chapa Martínez; deben continuar en sus puestos los policías designados; debe el Alcalde dar a conocer la correspondencia; debe citar a sesiones del Ayuntamiento cuando menos una vez por semana”.

Al día siguiente, el mismo Gobernador envió un telegrama al Alcalde diciéndole:

–“Tomás Chapa Martínez, debe actuar como Secretario de Ayuntamiento que usted preside, impedimento que alude no es de tomarse en consideración”.

La tensión debía estar en toda su magnitud ahora entre Gaspar Ibarra y el Gobernador, ya que un día después, el 17 de enero éste se vio obligado a enviarle otro telegrama en términos enérgicos.

–“Ruégole comunicarme este vía definitiva si está usted dispuesto a llenar cumplidamente sus funciones y acatar disposiciones legales del Ayuntamiento conforme prometiómelo sesión Cabildo presidí”.

Ante esta posición del Gobernador, Ibarra cedió y reinstaló a Chapa Martínez como secretario, pero manteniendo una actitud de rectitud le decía al informar el hecho:

–“Acuerdos H. Ayuntamiento siempre han tenido y tendrán mi aprobación cuando ajustarse cánones de la Ley y la Justicia pero, reprobaré siempre aquello atente contra éstas y estorbe buena administración”.

Transcurrió una semana y seguramente las fricciones entre los bandos municipales continuaron, a pesar de que el mismo Gobernador, buscando hacer la paz, visitó al pueblo y presidió –días atrás– una sesión de Cabildo.

Al presidente municipal le pesaban mucho las actitudes contrarias de su Ayuntamiento, que le imponían acuerdos y resoluciones y para colmo, el Gobernador les brindaba su apoyo.

La situación se fue agravando hasta un grado intolerable, por lo que el Gobernador citó al funcionario rebelde.

–“Ruégole mayor brevedad posible presentarse ante este Gobierno…”.

En la entrevista –si se hizo– seguramente cubrieron las relaciones formales de buen trato y buenas intenciones, porque a los pocos días volvieron a los mismos funcionarios municipales a quejarse con el Gobernador, pues el Alcalde no acataba los acuerdos ni siquiera los tomados en la sesión que él había presidido:

–“Alegando pretextos fútiles y nimios”.

“Ante la actitud de esta persona no es posible llegar a ningún entendimiento…”.

–“A la vez es necesario que ese gobierno conozca y sepa que sigue (ése funcionario) cometiendo faltas y arbitrariedades”.

Agregaban que ya habían presentado una acusación ante el Tribunal de Justicia, delatando los actos del Alcalde para buscar que se corrigiera y al mismo tiempo, pidiendo al Gobernador su intervención para que se diera fin al estado lamentable que priva en el pueblo.

El 10 de febrero, ante el incesante crecimiento de los problemas, se designó a Eduardo de la Garza, como representante del Gobierno del Estado, para que diera seguridad y paz al pueblo.

La disposición anterior debió colmar el criterio del presidente municipal y después de considerar injusta la medida y ofensiva para su dignidad, quizás viendo que era infructuosa su lucha contra dos frentes, el ayuntamiento y el gobernador, a los tres días presentó su renuncia, procediendo el Cabildo a aceptarla y nombrar a Federico Garza Flores, como Presidente Municipal Substituto.

Gaspar Ibarra, aún tenía mucho que decir a la historia de Sabinas…1.

1. La documentación consultada para el capítulo “Renuncia de un Alcalde” se encuentra en el AGENL. Correspondencia de Alcaldes Primeros, Sabinas Hidalgo, de ese año y en el Archivo Municipal de Sabinas.