Celso Garza Guajardo

Hechos Históricos, Patrióticos y Políticos: Los alcaldes de ayer y de ahora

Aquellos años que soñé

Celso Garza Guajardo Conocí a varios de ellos. A unos, sólo los vi. A otros los salude, con unos más dialogué… a todos los recuerdo con afecto y con respeto.

Desde niño supe quién era Don Margarito Martínez Leal, maestro benemérito, revolucionario y alcalde en 1918. Lo recuerdo en el patio de su casa, donde yo lo observaba desde la cerca de la casa del tío Francisco Llano.

Tengo muy presente a Don Tomás Chapa Martínez, prototipo del buen ciudadano mexicano, caminando desde el jacal de Pascualito hasta su domicilio. Lo recuerdo también trabajado en su oficina de la casa en que vivía, frente al salón Mateo Treviño, primer alcalde de dos años: 1925–1926.

Al Doctor Martín González, en su carrito y en su botica por la carretera. En su botica y consultorio, hablando y atendiendo pacientemente. Alcalde en 1933. Lo mismo a Don Enrique Lozano, prototipo del político activo de la convulsa década de los 30s.

Al buen hombre que fue Don Encarnación González, primer alcalde de tres años, de 1943 a 1945, hombre sereno y de buenas acciones. Lo veía sentado, después de la faena, saludando y platicando, en su mecedora, en la casa de Escobedo y Zaragoza.

A Don Gorgonio Ruiz, alcalde en 1937, lo recuerdo en su casa de la calle Porfirio Díaz. Ayudando a la gente y guiando bien a su familia. Figura patriarcal de profundo respeto. Identifiqué plenamente a Don Carlos Solís, a Don Fernando Viejo, Don Gilberto Garza, Don Humberto González Pérez, Don Antonio G. Garza, Don Antonio González y Don Ramón Mireles. Ellos, todos, hombres de una misma generación y corte político. Cada quien sobresaliendo por su propia estrella. Hombres de campo, fuertes y arraigados a la tierra y al trabajo. Algunos de ellos con características de verdaderas figuras políticas.

Fueron alcaldes de una villa en el proceso de cambios económicos, políticos y sociales que la Revolución Mexicana conformaba: La carretera, los ejidos, las escuelas, la industria del vestido, la emigración a Estados Unidos, el agua potable, el drenaje, la electrificación, el desarrollo urbano y muchas cosas más.

Fueron alcaldes de intuición, pudieron haber tenido muchas fallas, pero menos una; vivían de su propio trabajo y esfuerzo y querían al pueblo… la página de la aldea se dobló para dar paso a la ciudad. Daniel Guadiana Ibarra y Antonio Garza Ayala representan, generacional y administrativamente, el período político de cambio a una ciudad. Hombres rectos los dos, provenían de vetas políticas de alta ley.

Arturo Solís, Julio Sánchez y Homero Ibarra, alcaldes de los 70s, son personajes que rubricaron en su momento lo mejor de la nobleza de los viejos alcaldes de la Villa. Quisieron mirar por última vez el pasado para que se pudiera ver mejor el futuro de la ciudad.

Forman parte de otra generación que busca un espacio y tiempo para mostrarse.

Leopoldo González representó el cambio de programa, una generación con otros orígenes y con otros esquemas para actuar. Una generación paralela a la otra… que también quiere dejar su huella, que también busca su tiempo. Tiene a su favor audacia y energía.

Eloy Treviño representó el pago a destiempo y una deuda política que el Partido oficial tenia para con el sector campesino. Algo que sólo tenía un político como Martínez Domínguez podía cumplir. Más, sin embargo, la ciudad sigue esperando…

Ser alcalde de una ciudad como Sabinas Hidalgo, en 1986, es un reto que la historia tomará en cuenta… la ciudad crece y crece, sin responderse aún por qué y hasta donde. Sólo se crece… sólo se aumentan los defectos de sentirse ciudad… aún no se saborean, si es que las hay, sus delicias.

Ser alcalde por vez primera, de una ciudad a la que se le debe de administrar por vez primera como ciudad–polo de desarrollo, cambiando el pasado con el presente, lo mejor de todas las enseñanzas, ese es el gran reto de nuestro actual alcalde, Rodolfo Garza Ruiz.

Nuestra ciudad, Sabinas Hidalgo, busca no perder sus 300 años de historia y sobre todo, busca una mejor calidad de vida, de cultura, de bienestar, de seguridad, de dignidad y de trabajo.

¡Buena suerte y todo el apoyo a Rodolfo Garza Ruiz y a su ayuntamiento pluripartidista… el viejo pueblo de Sabinas Hidalgo y los espíritus de los viejos alcaldes lo apoyan…

16 de enero de 1986.