Están una frente a la otra, acera sur y acera norte, del lado oriente… en las esquinas que forman dos calles del viejo barrio.
Las dos casas fueron producto de los cambios de este siglo en Sabinas Hidalgo… las dos casas ya no señalan nuevos cambios ni apuntan al rumbo del progreso; sólo son estampas de una época histórica, parecían como cuadros al óleo deteniendo el pasado… esporádicamente son habitadas, los ecos se han perdido por ser tan grandes sus espacios, el polvo y el abandono se han posesionado.
Una día se construyeron las mansiones… la primera a principios de la década de los 30s la segunda a principios de los 40s; antes de construirse ya eran historia, pues sus moradores expresaban reconocidos pasados… antes de ser abandonadas ya eran leyenda, pues la duda transitó siempre en torno a su banquetas sin atreverse nunca a traspasar sus puertas, sólo a lo mucho logró asomarse por las ventanas…
Las dos casas fueron el principio del fin de la aventura y el paso, sin medio día, del alba al ocaso… así sucede con las caras grandes, con el tiempo, pronto generalmente decaen, si no son rescatadas… todas las ruinas a contra luz dan la forma de pasados esplendorosos, grandezas de quienes las idearon… grandezas de quienes quieren un día restablecerlas
Más, estas casas no decayeron por el paso de la opulencia, sino por lo radiante del alba y la tajante del ocaso… edificadas en épocas postrevolucionarias, los destinos de quienes moraban en ellas serían necesariamente naufragantes… en la primera de ellas se atormentaban los sueños filantrópicos de un hombre emprendedor, de pasado aventurero, el cual regresaba millonario de ilusiones al pueblo, buscando, pese a la indiferencia del mismo, traducir su forma material en bienestar espiritual y en progreso colectivo… por la otra casa pasó la revolución en su forma progresista de carretera… la carretera tiene, en Sabinas, el sueño del romance y la visión emprendedora de los jóvenes políticos de entonces.
El progreso de Sabinas se realizó en un tiempo por las dos casas. Porlas dos cosas pasaron las contradicciones sociales y políticas de esasdécadas… en las dos casas entró un día la noche sin mañana, que escuando las almas que las habitan se alejan a muchos kilómetros… inclusoal destierro…
Por las dos casas pasaron las iniciativas de querer beneficiar a Sabinas… en una desde la filantropía, en la otra desde la política revolucionaria.
De la primera emigraron los sueños cuando la política oficial no tuvo consideraciones para al altruismo….de la segunda se alejó la voluntad de emprender cuando se dejó de estar en el centro del poder político sexenal…
Frente a frente, cada casa tuvo su época… sus moradores vivieron los mismos días, no así los mismos tiempos, el tiempo de uno no fue el tiempo de los otros… pese a ello lo importante son los hechos que quedaron realizados… los saldos son a favor, distintos, pero a favor.
Hoy, frente a frente, las casas olvidadas viven el tiempo… el tiempo que dejó marcado al creador de obras tan grandes como por ejemplo el canal del Ojo de Agua, y el que señaló la construcción de la carretera nacional.
Las dos cosas están ahora en otro tiempo… en el tiempo perdido que nace cuando se olvida la historia y empezamos a preguntarnos todo.
Al igual que siempre, aún están las dos casas, en Ocampo y Mina….con la pretérita ingenuidad infantil se les encuentra llena de misterios, rodeando sus calles y banquetas sin lograr traspasar sus puertas, sólo se sigue mirando a través de sus ventanas…
La historia se ha topado con la leyenda…
7 de abril de 1986.