Breves las palabras, mas no por eso los sentimientos son cortos. El pésame es emotivo. Oraciones salidas más del corazón que de la garganta.
Por muchos años conservé una amistad y profundo respeto hacia José Emilio González Esparza. Trabajé con él en los primeros años de mi adolescencia y de él aprendí algo de su oficio y múltiples ejemplos de bondad y de gratitud; todo lo cual siempre aprecié y reconocí. Le visitaba de vez en cuando, espaciadamente, pero le visitaba.
Fue un hombre, formado en la escuela de la vida. Hombre práctico y laborioso. De viejas raíces sabinenses, ahí junto a la acequia de los vecinos. Integrante de esa generación juvenil de los años 50s, formada en el ir y venir “al otro lado”…..Terminó por arraigar en el pueblo y tuvo éxito en su empresa familiar….ahí en la carretera se recordará.
Como dicen en el pueblo, “se nos adelantó en el viaje sin retorno”….lo siento en verdad. Quedaron pendientes muchas pláticas y sus constantes invitaciones para ir a la labor…..lo que nunca quedó pendiente fue el afecto y eso vale para siempre.
Para su esposa Amparo Hinojosa, para sus hijos, para todos sus hermanos y familiares, mi más sincero, y profundo pésame. La vida tiene que seguir adelante, apoyándose en el pasado…..en el ejemplo de quienes contribuyeron a formarnos.
Descansa en paz, querido amigo José Emilio González Esparza.
7 de noviembre de 1987.
