Ramiro Rodríguez Martínez

La Inminencia del Polvo

Ramiro Rodríguez MartínezEl día de su muerte, Armando Santana presintió la inminencia del polvo en las ráfagas tristes del viento del norte. El aire dentro de la habitación que compartía con Alicia Rodríguez era muy espeso, de consistencia áspera al sentirlo con el tacto de los dedos como cuando se pasa la mano por la piel aterciopelada de una mujer hermosa. Lo invadió la imperiosa necesidad de intercambiar palabras con aquéllos de su sangre, conversar con los hijos que había criado bajo el modelo intachable de buen padre, escuchar los murmullos pueriles de sus nietos corriendo bajo las frondas de los árboles en el patio cuando le obsequiaban el regalo de su visita. Esa mañana de enero, Armando Santana comprendió que había llegado al final del sendero con la premonición ingrata de la aspereza del aire. Sin embargo, su estado de ánimo no decayó ni hizo el menor comentario sobre sus pensamientos a su esposa, aquella buena mujer que lo había atendido por casi cincuenta años de feliz matrimonio.

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