Después de la onda gélida de los días 3, 4 y 5 de febrero me fui a recorrer los alrededores del pueblo y lo que me esperaba sucedió; el campo está desbastado, la escasa lluvia de invierno y la falta de humedad permitieron que el intenso frío quemara la vegetación, solamente aquellos árboles, arbustos o yerbas que han dado vida y fortaleza a la región sobrevivieron.
Están hermosos y con un verde grisáceo los pinos y los encinos, en lo alto se quemó el follaje de los sabinos pero están vivos, las comas tienen un verde deslumbrante, los huisaches soportaron el embate de las ondas frías pero las anacahuitas están marchitas, la barreta sabe soportar los fríos puesto que le da fortaleza a la serranía, las biznagas están quemadas, el palo de Brasil y el guayacán también están rozagantes, los cactus algunos están flácidos, otros soportaron las bajas temperaturas, lo mismo sucedió con los magueyes; los mezquites siguen desafiando los rigores de la naturaleza y están puestos para que su leña sirva tanto para hacer puertas y ventanas, como para calentar el más humilde hogar, asan la carne o el guiso que se les acerque y con sus brasas calientan el acero que cocina las sabrosas panochas de harina de maíz; los nogales sin follaje soportaron con entereza la onda fría, los nopales están quemados y no habrá alimento para los animales del campo, las palmas o yucas también soportaron y las palmas datileras están listas para florecer en primavera y darnos sus sabrosos frutos; el orégano tal parece que está recién regado, pero las bugambilias se quemaron por completo pero estamos seguros que brotarán de nuevo tan luego se les pode, las anacuas están esperando que caigan las primeras lluvias para aromatizar el ambiente y darnos sus humildes frutos; el cenizo está marchito, pero revivirá, la colima está muy vigorosa y el granjeno se prepara para darnos los capulines, el chaparro prieto también soportó la embestida, la gobernadora está viviendo su ciclo invernal pronto revivirá, la lechuguilla también se quemó un poco pero al caer el agua, de nuevo dará sus pencas para que extraigan el ixtle con que se hacen costales y mecates; la colima está muy verde y aquí cabe el dicho “De que te admiras retama de ver a colima verde”, los naranjos, limoneros, pomelos, y mandarinos están quemados no se sabe hasta donde llegó el daño; fue tan intenso el frío que también los rosales se quemaron; de los aguacates solamente los criollos soportaron la embestida sin salir perjudicados, la sábila, la Aloe Vera famosa está quemada sus pencas caen lánguidas y tristes, hay muchas plantas de la región que no fueron exterminadas pero el campo tardará mucho tiempo en recuperarse, ojalá y pronto vengan las lluvias para que empiece la naturaleza a darnos lo que nos quitó.
Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo