Ayer fue día de muertos, ayer fue el día en que el pueblo mexicano rinde tributo a los que se nos adelantaron en el camino.
Vale hoy preguntarnos ¿Están nuestros difuntos en el cementerio? No, tal vez o acaso sus restos allí se encuentren, pero ellos ya no están.
Pregunta obligada ¿Dónde están los espíritus que daban vida a los cuerpos? ¿Dónde quedó ese halo vital que hacía ver, oler, oir, sentir, saborear…? ¿Dónde quedó aquello que nuestros antepasados llamaban espíritu y los grandes y pequeños socráticos denominaban soplo o alma?
A nuestro juicio los restos de los cuerpos están allí en el pensamiento y la actitud de ellos en vida, viven en nosotros.
Ayer fue día de los muertos, y este día no sólo debe ser un día de quitar hierba, de lavar lápidas y pintar nombres en las cruces; debe ser un día de análisis y reflexión.
Hoy en muchos cementerios, tal vez haya pocas flores, la economía no está del todo bien.
Hoy las fosas comunes de algunos cementerios están saturadas de cuerpos inertes NN (No Nombre) no identificados y muertos violentamente.
Hoy es tiempo de elevar una plegaria, pero también es tiempo de analizar la trayectoria sencilla y buena de los que se fueron e imitar su ejemplo.
Y en la entrada del panteón del pueblo reza: “POSTRAOS AQUÍ LA ETERNIDAD EMPIEZA Y ES POLVO AQUÍ, LA MUNDANAL GRANDEZA.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
Garza Inocencio
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo