Fue en todo momento fiel a sus principios, aunque algunos de ellos eran en contra de su beneficio personal, por lo cual a inicios de 1982, en plena efervescencia política, la Dirigencia de su Partido le mandó ofrecer a través del político sabinense Eloy Treviño Rodríguez, la candidatura a la diputación local; ofrecimiento que en un principio rechazó, argumentando que no se sentía merecedor para ocupar tan alto honor, proponiendo para ello los nombres de varios ciudadanos de su pueblo.
En respuesta, la Dirigencia de su Partido le hizo saber que si él no la aceptaba, ninguna otra persona que propusiera sería requerida para cubrir esa propuesta. Dado lo anterior, no le quedó mas que aceptar el mandamiento de su Partido, por lo que después de su registro en abril de ese año, armó cuidadosamente su equipo de campaña e inició el trabajo de proselitismo político con el cual recorrió los diversos municipios que en aquel entonces comprendían el territorio del Distrito VII, dando a conocer sus interesantes propuestas que con entusiasmo y suma atención escuchaban los ciudadanos, ello dado la fama de hombre justo, trabajador, fiel, honesto; en resumen un ciudadano de bien y un luchador social defensor de las causas nobles y justas.
Las elecciones se realizaron a inicios del mes de julio, ganando en forma amplia, por lo que el 15 de septiembre de 1982, toma posesión como Diputado Local de la XXIII Legislatura del Congreso del Estado. Sus compañeros Diputados siempre lo admiraron y respetaron, escuchando cuidadosamente sus certeras, gallardas e inteligentes intervenciones cada vez que se subía a la tribuna del Congreso, pues a sus sesenta y seis años, era poseedor de una fuente inagotable de experiencias y conocimientos como pocos a su edad logran acumular.
Su sentido de honradez fue la cualidad que le caracterizó durante su extensa y fructífera existencia, por lo que cuando al recibir como Diputado su primer sueldo, lo aceptó con agrado, no así la compensación extra (dieta), que a todos se les daba; objetando que era dinero que no había devengado, por lo que se le dijo que en caso de no aceptar ese emolumento que era una partida del Gobierno del Estado como apoyo a su trabajo, alguien mas se quedaría con el, no teniendo mas opción que recibirlo, solo que al no sentirse bien tomando esa prestación, optó por donarla para obras de beneficencia social como lo fue el caso del poblado de Sombreretillo donde compraron algunos juegos infantiles, haciéndole además algunas mejoras al parque turístico de aquel bello y pintoresco lugar.
De esta manera, el maestro Daniel se sentía contento y satisfecho consigo mismo al donar lo que según él, no le correspondía, para que se utilizara como apoyo en la solución, aunque fuera en pequeño, de la problemática de uno de los poblados de su Distrito.
Después de tres años, concluye su gestión como Diputado en septiembre de 1985, satisfecho de haber cumplido cabalmente con su trabajo legislativo en el Congreso del Estado.
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo