Los hermanos del maestro Silvino, excepto Raymundo, se vieron en la necesidad de emigrar a otras ciudades en busca de mejores oportunidades para vivir, quedando solo el hermano en mención el cual continuó con el comercio de su papá en el que vendía abarrotes, agregándole una peluquería y un salón donde se practicaba el billar, convirtiéndose por las noches en el centro de reunión de los vecinos.
Durante un fin de semana, estando el Profr. Silvino platicando con sus hermanos Profr. Maximiliano y Raymundo, en el negocio de éste último, acude ante ellos un grupo de padres de familia quienes les plantearon las necesidades apremiantes de la escuela del lugar, pues ese centro educativo requría de inmediato un mantenimiento general para comodidad de alumnos y maestros. Después de escuchar la petición, el maestro Silvino y sus dos hermanos allí presentes decidieron apoyar tan noble causa por lo que de allí surgió la idea de efectuar bailes populares durante la Semana Santa, con la participación de famosos conjuntos regionales y conductores de radio y televisión como el Sr. Rómulo Lozano, Tello Mantecón, etc.; esto por la noche en el patio de la escuela, mientras que durante el día se organizaban las tradicionales peleas de gallos. Esta primera actividad resultó todo un éxito, resolviéndose así las necesidades de la escuela y desde entonces se implantó la costumbre de celebrar estas fiestas cada año durante la Semana Santa, aprovechando que por esas fechas se reúne la gente del pueblo, así como los visitantes de otros lugares, para admirar y contemplar las majestuosas montañas que circundan a este encantador pueblo, dando a veces la impresión de que el tiempo se ha detenido en esa localidad de nuestro municipio.
Posteriormente el Profr. Silvino, dándose cuenta de que quedaban algunos recursos, tuvo la brillante idea de construir un Centro Social, para la realización de eventos de la comunidad, por lo que mandó escritos a sus paisanos residentes en los Estados Unidos, así como a los amigos y conocidos de las diferentes ciudades, donde les solicitaba el apoyo económico para llevar a efecto la construcción del edificio. Para comenzar, dio inicio a los trabajos con los recursos existentes, luego conforme se iban recibiendo aportaciones, continuó con los mismos hasta ver concluida la obra de tanta utilidad para los habitantes del lugar.
En reconocimiento al esfuerzo, interés, tenacidad y persistencia de este maestro en favor de su adorado pueblo, al que amó entrañablemente: durante la Administración Municipal del Profr. Gilberto Hernández Garza, el Cabildo, por unanimidad autoriza que aquel edificio social se le denomine desde entonces: "Centro Social Profr. Silvino Garza Garza", honrando así la memoria de este distinguido e ilustre educador sabinense, orgullo y honra de Sombreretillo. Fin…….
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo