A mi papá

Editoriales

Ya se que no es día del padre, ni su cumpleaños y que afortunadamente sigue aquí con nosotros gozando de muy buena salud, esa, para mí, es la principal razón para escribirle estas palabras, como dijo Ana María Rabatté: en vida hermano, en vida…

Hay muchísimas cosas que tengo que agradecerle a mis padres, tantas que necesitaría gastar una infinidad de tinta y hojas para escribirlas. Pero hoy, a mi padre, le quiero dar las gracias por una en especial.

Creo que cualquier buen padre se preocupa por traer comida a casa, que sus hijos estén bien alimentados y sanos debe ser su prioridad. Pero lo que no cualquiera hace, es tratar de alimentar la inteligencia, el alma, el espíritu, la vida misma de sus hijos, y todo eso, a través de la lectura.

Gracias papá porque con tu ejemplo, principal fuente de aprendizaje, hiciste que yo me adentrara a este fascinante mundo.

Leer no debe ser tedioso, aburrido, obligado, sino una gran oportunidad para aprender, crecer, madurar, disfrutar y hasta relajarse, algo tan necesitado en estos tiempos llenos de “estrés”.

No tengo buena memoria para muchas cosas, pero algunas que siempre recuerdo de mi papá, son la gran cantidad de libros que tenía, su preocupación para comprar con gran sacrificio enciclopedias, “para sus tareas”, nos decía. La emoción que yo sentía cuando llegaba del trabajo y en sus manos, el periódico, en ese tiempo la sección de monitos, mi preferida.

Desde que tengo uso de razón, veo a mi Pá, con su taza de café, leyendo y escribiendo, ya sea de deportes o del acontecer de la vida, igualmente, sus notas siempre me gustan y más cuando llevan en ellas un mensaje o moraleja, porque para mí, es aprendizaje seguro.

Me encanta también que desde niña, escribía algo y me decía, ven Sandra, léelo y chécalo, y al final, la pregunta: ¿qué te parece?, me ponía atención a lo que opinaba, me sentía verdaderamente importante.

Para el día que falte mi padre (si es que se va antes que sus hijos) no tendrá que preocuparse porque nosotros tengamos una pelea por sus bienes materiales, no hay ranchos, casas, terrenos ni autos que repartir y obvio no es reproche, al contrario, agradezco infinitamente que no se nos haya inculcado el amor desmedido a lo material, porque eso no es lo más importante en la vida.

Hay que trabajar duro para tener lo necesario para vivir cómodamente, saber administrarse, superarse, echarle ganas para mejorar día a día y no “rajarse” (como dice mi papá).

Pero lo más importante es amar, porque esa palabra encierra una felicidad inmensa que nada puede suplantar. Amar = felicidad. En alguna parte escuché que amar no es un sentimiento, sino una decisión, creo que es cierto, hay que decidirnos a amar siempre, la vida es muy corta y sólo una como para desperdiciarla ¿a qué más vinimos a este mundo si no es para ser felices?

Y no me refiero al amor de pareja, sino a saber amar también a las cosas buenas que la vida te va poniendo en el camino, como el trabajo, el estudio, la familia, el hogar, los amigos, la comida, y así como también, los valores que debemos de conocer desde niños, como la honestidad, amistad, humildad, colaboración, responsabilidad, patriotismo, perseverancia, generosidad, lealtad, respeto, etc., sólo si amamos con gran fuerza todo ésto, nuestro mundo mejorará, de eso estoy totalmente convencida.

Gracias por ser como eres, una persona sencilla con defectos como todos, pero con grandes virtudes, gracias porque yo no tengo en mi mente recuerdos de castigos, maltratos, vergüenzas, tranzas o borracheras de tu parte, sino de un padre ejemplar que siempre quiso y quiere lo mejor para sus hijos y nietos y bien sabes que eso se logra con la educación, buen trato y el buen ejemplo que nos diste.

Gracias por todo Don Ramón Ábrego Vázquez y muchas felicidades por el primer aniversario de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo, así como también para tus grandes amigos y fundadores, Profr. Santos Noé Rodríguez Garza, Profr. Salvador Garza Inocencio, Profr. Otoniel Arrambide Villarreal y el Sr. José Castellanos Maldonado que sea el primero de muchísimos más.

¿Y sabes qué? Tienes razón Pá, leer nos hace mejores personas, por esta enseñanza y por todas las demás, muchas gracias Mon.