Estamos viviendo los tiempos políticos que en todo el país se desarrollan, cada Candidato expone sus ideas y hace las promesas que cree convenientes para convencer al electorado para que vote por él.
Estamos viviendo los tiempos políticos que en todo el país se desarrollan, cada Candidato expone sus ideas y hace las promesas que cree convenientes para convencer al electorado para que vote por él.
Hay quienes, que al carecer de ideas o de imaginación para desarrollar su campaña, se pone a denostar a su rival político, le inventa acciones y sucesos que no se dieron y las magnifica para restarle fuerza al oponente, mandando así el procedimiento y ensuciando la contienda.
Ojalá y que la plataforma ideológica que esgriman los políticos esté llena de propósitos y no de sólo buenos deseos; ojalá y que el estímulo que pretenden darle a los asistentes a un mitin sea de refrescos y nada más; que no se mercantilice el voto, tratando de comprar conciencias con regalos y prebendas que sólo acarrean malas acciones de los participantes, pues ésto los lleva a peregrinar de mitin en mitin, en busca de canonjías y no en pos de un ideal.
¡Ah, cuantos añoramos los viejos tiempos! En que con el sólo hecho de tocar una pieza musical muy conocida, la gente sabía que había noticias y concurría, ávida de novedades, a los lugares que de antemano se decía estaba el candidato y la gente que lo apoyaba.
Las campañas eran fiestas ideológicamente hablando, los contendientes se decían sus verdades y el pueblo les aplaudía la mención de acontecimientos de todos conocidos.
No se necesitaba insultar a nadie, solamente mencionar la actividad a la que se dedicaban, como aquellas frases que se dijeron un día: ¡Ya se le borraron las huellas digitales, de tanto contar el dinero que se robaron de las Arcas Municipales! ¡Se necesitan huevos, para gobernar a Sabinas Hidalgo! ¡Son tan pocos, que trepados en un Express, no juntan las muelles! etc. etc.
Deseo para mi pueblo una hermosa y activa campaña política, llena de ideas y de calor humano, ajena a todo egoísmo y de un activismo político, que propicie una masiva concurrencia a la urnas electorales.
Santos Noé
