En capítulos anteriores, transcribimos la entrevista del Periódico el Porvenir a Don Manuel M. García, en los siguientes, el relato "Rescatado de los indios" y luego un pequeño reconocimiento por el nacimiento y defunción al maestro Francisco J. Montemayor y con este continúo donde nos quedamos, donde narré lo que inventaron las lenguas viperinas, entre las narraciones orales que escribí, oí decir a una persona, que Don Manuel dijo en 1895 a la edad de 26 años, que se iría y no regresaría hasta que no se hiciera millonario.
Cierto o no, durante los 30 años que permaneció lejos de Sabinas Hidalgo, Don Manuel, NUNCA escribió a nadie del pueblo, ni familiares ni amigos; eso sí, mandó tierra de Jerusalén a su madre.
Entiendo que miembros de diferentes familias, como fueron la familia Viejo y de Villaldama, los Ugarte, pues una dama miembro de esta última familia se casó con un hijo de Don Manuel llamado Pedro: tal vez ellos se enteraron que Don Manuel estaba bien económicamente, no se si fueron a pedirle trabajo o dinero o a invertir para poner un negocio y hacerse ricos como Don Manuel.
Cuando estas personas regresaron de Honduras; llegaron platicando divinidades de lo que Don Manuel había logrado en la hermana república de Honduras; y las lenguas viperinas de aquí de Sabinas en lugar de alegrarse de que le hubiera ido bien a Don Manuel, no, al contrario, como si ellos hubieran ido a Honduras, empezaron a urdir historias inventadas para desprestigiarlo, como esta que les voy a narrar:
No crean lo que vienen contando los Viejo, o los Ugarte de Don Manuel, nosotros supimos que andaba bien fregado y que por lástima le dieron trabajo en un lazareto (lugar donde se atiende a los enfermos de lepra), para que se encargara de él o lo administrara, pero que Don Manuel poco a poco los fue asesinando.
Y le preguntaban las personas que los estaban oyendo, – ¿Cuántos eran? y respondían – pues no lo sé, pero eran muchos, hombres mujeres y niños, y volvían a preguntar- ¿Cuantos eran? 100, 200, ¿Cuántos? – ¡no lo se, pero los mató a todos'.
Y que para desaparecer los cuerpos de las víctimas él tenía un cocodrilo llamado Bruno en un pequeño pantano en aquella inmensidad de selva, este animal medía como 4 cuatro metros de largo, gordísimo, era un cromo el animal, el cual era alimentado con la gente que decían que Don Manuel mataba y los desaparecía.
Esto se decía para justificar que Don Manuel no fundó la Hacienda de Birichichi a base de trabajo y tesón; como lo describí en capítulos anteriores, sino que sacrificando a todos esos leprosos logró apoderarse de esa propiedad destinada a lazareto. Recordarán que Don Manuel se unió a un grupo de los dos que se disputaban el poder, llegó como revolucionario o soldado, logrando obtener el grado de General, por lo que fue recompensado con tierras cuando llegó la victoria de la lucha armada de la cual participaba. Localizó el terreno, lo denunció y le fue entregado en propiedad por méritos en campaña y fundando lo que con el tiempo llegó a ser un emporio.
Mucho agradecería a toda aquella persona que posea fotografías y anécdotas en pro o en contra relacionadas con Don Manuel M. García, favor de dirigirse a los Tel. 242 -22-98 o al correo electrónico juan-moralesgarza1@hotmail.com con el Sr. Juan Morales.