La Sociolingüística estudia la conducta lingüística en términos de las relaciones entre los componentes del acto de hablar. Investiga su contexto social y físico, de los participantes caracterizados en términos de edad, sexo, status, su papel situacional y el tema (contenido manifiesto), la función (el contenido latente o aspecto pragmático) y la forma del mensaje (incluye el canal se utiliza: el habla, la escritura, el silbido, etc.), el código (conjunto sistemático de señales lingüísticas, paralingüísticas, cinéticas, musicales y demás variantes sociolingüísticas, mismas que se manifiestan a través de alternativas o variantes de códigos optatitivos utilizados para comunicar el mensaje de modos diferentes y los valores sustentados por cada participante durante el acto del habla.
Como la conducta verbal es una conducta social, precisamente trasmite significados sociales. En la primera mitad del siglo XX, los estudiosos del lenguaje enlazaron a la Lingüística con la Sociología, la Psicología y la Antropología; basándose en la interacción de las diferencias entre las lenguas y los modos de percepción del mundo.
La Sociolingüística es la actividad orientada específicamente al examen de la interacción entre la estructura de la lengua y la estructura social y a la interacción entre la conducta verbal con la conducta social. Su objeto de estudio es la conducta verbal en términos de las caracterizaciones sociales y psicológicas de los hablantes, sus orígenes culturales y los aspectos integrales donde evoluciona una lengua, estudiando los aspectos cotidianos y el contenido de lo que se habla, ya que el lenguaje evoluciona junto con las sociedades por ser una institución social.
La función de la Sociolingüística, es el establecimiento de nexos entre la estructura social y las estructuras gramaticales, ya que con cada emisión verbal, no solo se posee un significado referencial, sino un significado social, ya que el lenguaje es la representación de una idea.
Ferdinand de Saussure define al lenguaje como la capacidad que tienen los seres humanos para comunicarse y expresarse. La capacidad se manifiesta a través de diversas formas y tipos de lenguaje, entre los que destacan:
- El lenguaje articulado: las palabras
- El lenguaje gestual: la mímica y los gestos
- El lenguaje visual: el arte
- El lenguaje de los sonidos: la música
- El lenguaje numérico: las matemáticas
El concepto de lengua es un sistema de signos interdependientes que sirven a una determinada comunidad para expresarse y comprenderse. La lengua se actualiza y evoluciona constantemente gracias al habla. La Sociolingüística diferencia entre “habla” y “lengua”. Por ejemplo, existen tres tipos de “habla”:
- El Dialecto: que se considera la manifestación de una determinada región y respecto al uso empleado del lenguaje
- El Sociolecto: es él “como hablan” las diferentes clases sociales de acuerdo a sus mismos estratos económicos, culturales, sociales, sus realizaciones, sus intereses, ciertas actitudes y la cosmovisión que tienen. En el sociolecto se utilizan una serie de palabras de un vocabulario determinado, que les sirve para una comunicación efectiva entre los miembros del grupo al que pertenecen. Existiendo entre los grupos una retroalimentación constante ya que no están aislados, debido a que existe una movilidad social generada por diversos motivos.
- El Idiolecto: es la realización individual de la lengua. Como poseemos una serie de características conductuales que hemos aprendido desde el momento de nuestro nacimiento, que se refleja en la configuración propia de ver al mundo, que nos permite percibir y comunicarse con los demás.
El lenguaje está muy relacionado con los usos socioculturales. Se habla de idioma, dentro del cual existe una serie de dialectos sociales y ocupacionales. Algunos dialectos hacen uso de tal cantidad de términos especializados que solamente son comprendidos por el grupo que lo habla. Por ejemplo lo que llamamos jerga o argot. Para los antropólogos, el lenguaje puede servir como mapa de la realidad y como filtro, a través del cual los miembros de una sociedad perciben al mundo
El estudio del significado jamás podrá alcanzar al estudio de las formas del lenguaje. Si uno posee un buen diccionario, podrá estar al corriente de los pequeños cambios en las denotaciones (significado específico de las palabras), pero ningún diccionario podrá contener todas las connotaciones (asociaciones emocionales de las palabras).
Cada lengua tiene una serie de sonidos característicos o fonemas que se combinan para formar una unidad importante llamada Morfema. Cuando la gente habla, estos morfemas se arreglan y se colocan en diversas secuencias, según los modelos determinados de una lengua en particular. Dentro de este esquema general, la lingüística encuentra un sin fin de variaciones. Tales como la incorporación de los prefijos, los sufijos o las duplicaciones de las formas de comunicarse.
El idioma no solo refleja la cultura de la sociedad en la que se habla, sino que proporciona además un mapa del mundo en que se vive. Debido al incremento de los medios de comunicación y al mayor contacto entre los pueblos de orígenes culturales y lingüísticos distintos, el estudio de la lingüística y de los lenguajes individuales ha empezado a recibir la atención requerida.
La agrupación de persona produce hablas semejantes. El lenguaje humano consiste en el conjunto de posibilidades expresivas que posee la mente, la persona que habla (lengua) y la realización concreta que de ellas hace cada persona (habla).
El ser humano es un ser absolutamente sociable. Se agrupa con otros seres semejantes a él por su parentesco o sus lazos comunes, sus convicciones políticas, sus intereses comunitarios o cualquier otro motivo. Este conjunto social hace que por el simple hecho de estar en constante contacto, los hombres se influyen entre sí a través de sus actividades, de sus gustos, de sus diversiones y de su modo de hablar.
Pero existen normas que hacen que cada hablante se exprese de tal manera específica. Por esas normas se catalogan a los hablantes en grupos lingüísticos menores. Por norma se entiende la catalogación de los hablantes en grupos lingüísticos menores, dentro de una lengua que tienen los seres humanos en sus determinadas formas de hablar. Estas se imponen a los miembros del grupo y los nuevos integrantes se unen más hacia los otros individuos componentes de una sociedad.
El lenguaje deja de ser una mera locución, porque cobra un valor y hace que el oyente, al captar la intención del emisor, practique la actuación de una lengua en una comunidad específica donde las expresiones se cargan de sentido.
La interrelación entre lenguaje y sociedad es evidente en muchos aspectos: por ejemplo, se han definido y separado los conceptos de habla y de lengua. Por habla entendemos el uso individual no estructurado, mientras que por lengua entendemos un sistema estructurado de reglas.
Con el término dialecto designamos al habla regional. Es el sublenguaje que corresponde a un grupo social determinado dentro de una de las zonas geográficas de un mapa lingüístico. La capacidad de comunicarnos se realiza a través de sistemas que adoptan las distintas comunidades. Estos sistemas o lenguas se concretizan en el habla a través de elementos mínimos o de doble articulación.
Toda expresión humana es una expresión formada de pequeños elementos, cuyas unidades más pequeñas son el monema y el morfema. De tal forma que cuando el hablante puede elegir como expresarse y comunicarse de acuerdo a sus modos fonéticos (sonidos), de sus modos gramaticales (formas), en su sintaxis (elementos de orden en la oración) o el léxico (vocabulario con el que se cuenta).
Los dialectos se limitan geográficamente por líneas imaginarias que se extienden sobre un territorio y que reciben el nombre de Isoglosas. Marcan el fin de un fenómeno lingüístico pero establece el principio de otro y no corresponden generalmente a las divisiones políticas.
Los estudios de los dialectos son de suma importancia para el conocimiento de la sociedad y de las lenguas, ya que los materiales que recogen los dialectos parten de estudios descriptivos, históricos o geográficos y sociolingüísticos. La limitación y el estudio de los dialectos nos permiten conocer mejor a los hablantes de una lengua, apreciar su distribución de los fenómenos lingüísticos y esclarecer los nexos culturales en épocas pasadas. Pero sobre todo, nos muestran que las lenguas son entes abstractos muy complejos que están formados por dialectos o hablas regionales y locales con rasgos comunes entre sí y que les son propios.
El estudio de los dialectos recibe el nombre de geografía dialectal o dialectología. Tiene como finalidad el conocimiento y la relimitación de cada uno de los dialectos que forman una lengua. Sus métodos exigen el contacto verbal con el informante, realizando una investigación de campo. Su metodología es la siguiente:
- se aplican cuestionarios apropiados que revelan los fenómenos lingüísticos más relevantes de la población
- se graban en cintas magnetofónicas las conversaciones de varios habitantes del lugar, procurando un número equilibrado de participantes de ambos sexos y distintas edades
- luego el material se analiza, se cataloga de acuerdo a criterios de ordenamiento y codificación
Para delimitar y precisar los dialectos, existen tres tipos de extensiones geográficas:
- Área focal o de prestigio: son regiones que emiten fenómenos hacia las áreas que lo rodean
- Área de transición: usan fenómenos de dos o más regiones focales vecinas
- Área reliquia: se encuentran en zonas de acceso difícil y por falta de intercambio, mantienen fenómenos que las otras ya desecharon o ya no usan