Juan Morales Garza

Rescatado de los Indios – Tercera parte

La Vida Inquieta de Don Manuel M. García

Juan Morales GarzaParte final del relato "Rescatado de los Indios".

Al amanecer la indiada está cercada; el Capitán Enríquez le dijo a Guazipi que caminara delante y les dijera que entregaran al niño robado en Sabinas, los indios se llevaron la gran sorpresa al verse cercados; a cincuenta metros de distancia se entabló un diálogo durísimo entre el jefe comanche y el indio leal, se veía a las claras que estaban desafiándose; Guazipi dijo al Capitán: "me está invitando a combatir, ordene a la gente que no se mueva".

El jefe indígena avanzó resuelto, el leal hizo lo propio, los arcos, uno y otro en tensión, al unísono dos flechas zumbaron como flechas de milano, el rebelde abrió los brazos en cruz, la flecha le había entrado como un jeme en el pecho, pintando de rojo la jara; la tropa avanzó resuelta, la confusión fue terrible, el soldado Regino González, repartiendo mandobles se metió entre la indiada rescatando al niño cautivo, unos cuantos indios lograron escapar, la mayoría quedó allí entre los matorrales, condenados a ser festín de las fieras y de las auras que husmeando el banquete dibujaban en lo alto círculos concéntricos.

Se regresaron hacía el Toboso, donde habían dejado las cabalgaduras, emprendiendo luego la marcha, ordenando ante el jefe que don José Ma. Soto y tres soldados, se adelantaran hacía Sabinas a llevar la buena nueva al pueblo y principalmente a doña Clara Martin de García, dándose por bien servidos todos los trabajos pasados, ante el placer de devolverle su hijo, sano y salvo, sintiendo algo así como si sonasen campanitas de gloria en el corazón de aquellos esforzados sabinenses.

Ya bien oscurecido el día nueve de febrero, hizo su entrada triunfal la tropa; y a la mañana siguiente en una modesta choza que como monumento de fidelidad y de abnegación se yergue en la orilla del río, en el cruzamiento de las calles Matamoros y Mina; los primeros rayos de la aurora alumbraron una camita sobre la que reposaban un niño, sobre cuyo pecho se inclinaba una santa mujer, arrobada escuchando los latidos del corazón de hijo; feliz en su agotamiento de tenerlo junto a sí, como que aquel cachito de vida había hecho el milagro de secar las fuentes de su llanto.

Y días después, el 18 de febrero, el patriarca Gobernador don Viviano Villarreal, ordenó al señor alcalde, que se gratificara con 25 pesos al Indio Guazipi, que con generoso esfuerzo, había contribuido a rescatar de manos de los salvajes al niño PROCESO GARCIA, hijo de Jesús García, que fue cautivo de los indios.

*Nota de corrección: el niño Proceso García fue hijo adoptivo de don Manuel García Míreles y doña Clarita Martin Robinson de García, padres de don Manuel M. García.

Mucho agradecería a toda aquella persona que posea fotografías y anécdotas en pro o en contra relacionadas con Don Manuel M. García, favor de dirigirse a los Tel. 242-22-98 ó al correo electrónico juan-moralesgarza1@hotmail.com con el Sr. Juan Morales.