Llego a los oídos del rey de la comarca que dentro de sus tierras había un hombre muy inteligente, inclusive más inteligente que él mismo, ordena éste a sus empleados que vayan y busquen a esa persona y que lo traigan ante su presencia.
A los pocos días le llevaron al rey a la persona que se decía era muy inteligente, el rey le dice:
– Te quería conocer, dicen que eres muy inteligente, más inteligente que yo y quiero saber de donde obtienes tanta sabiduría.
El tipo aquel le contesta:
– Soy un hombre solitario que vive sin compañía alguna, vivo en un rincón sin buscar problema alguno con nadie, respeto y me respetan y la sabiduría la he obtenido de una gran biblioteca que yo mismo he ido formando libro con libro, uno por uno leo y releo y durante muchos años me he dedicado a la lectura de miles de libros, de allí mi sabiduría gran rey.
El rey entonces le dice:
Me gustaría comprarte tu biblioteca, la quiero para mi tú ponle precio, y lo que sea yo te lo pago; el individuo aquel le dice al rey, mi biblioteca no tiene precio, la única manera que puedes hacerla tuya es a la fuerza, que me mates, no existe otra manera de que yo ceda a tus pretenciones.
El rey que era un rey bueno y justo le dice:
– Veo que no hay manera de convencerte de que me vendas tu biblioteca y no he de hacer uso de mi poder para despojarte de tu tesoro ni mucho menos dañarte, pero si un día cambias de opinión la oferta esta abierta.
Habían pasado solo un par de meses cuando una mañana muy temprano tocaron a la puerta del castillo del rey y para sorpresa del mismo era el dueño de la biblioteca que pidió entrevistarse con el rey. Estando ante él le dice que le viene a vender la biblioteca, que le ponga precio, que se la vende, el rey muy sorprendido no lo podía creer, -si apenas hace un par de meses me dijiste que solo muerto te desharías de tu biblioteca, ¿qué fue lo que te hizo cambiar tan pronto de opinión?- le pregunto el rey, y el individuo le contestó, es que he conocido algo mas interesante que mi biblioteca… He conocido a una mujer.
