Un hombre hacía campaña para obtener un puesto público y uno de los electores decidió ponerlo a prueba.
Era una noche oscura y lluviosa, tocó a la puerta de la casa del candidato y le dijo: Señor tengo un problema, mi auto se detuvo y necesito que alguien me ayude a empujarlo. ¿Me haría usted ese gran favor?
El candidato salió aquella noche lluviosa dispuesto a ayudar a aquel hombre, pero cual fue su sorpresa que al llegar al auto el hombre se sube a éste y lo enciende sin ninguna dificultad y asomándose por la ventana le dice al candidato: Disculpe señor pero quería estar seguro, de que usted es el tipo de gente por quien se puede votar.
Probar la sinceridad es ir demasiado lejos, pero al actuar es cuando demostramos nuestro verdadero deseo de servir. Hechos son amores.
Pero así ésta el mundo y estás son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.