Ellos vivían en el plan del río, allá a espaldas de donde se encontraba una oficina y bodega de una importante compañía de refrescos, a raíz de la venida del Huracán Gilberto, ellos quedaron sin lo poco que poseían.
Con la ayuda de gente buena que existe en todas parte, pudieron sobrevivir, él antes era machetero, es decir, se dedicaba a la carga y descarga de camiones, poco era lo que él ganaba pero con a ayuda de su mujer pudieron irla pasando, por ahí dicen que las desgracias nunca vienen solas, al poco tiempo de la pérdida de sus pocos bienes, él pierde la salud a consecuencia de una "embolia" sus piernas perdieron la fuerza para sostenerlo y con ello perdió su trabajo, hoy los años se han acumulado en esta pareja, que se protege de las inclemencias del tiempo bajo un techo de lámina que multiplica los grados de calor del verano.
Ella busca, pide y solicita ayuda en donde puede, a veces le dan un refresco para que mitigue su sed y ella prefiere caminar con el refresco a su casa, para compartir con su esposo la mitad de aquel refresco que ya ha perdido su frescura.
A pesar de las inclemencias del tiempo, a pesar de los años que han caído sobre sus espaldas y a pesar de todas las carencias que en esta vida han encontrado, siguen viviendo y continúan con sus problemas saliendo adelante.
Pero así está el mundo y éstas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.
