Muchas veces los he visto caminar, sí he visto su lento caminar por las banquetas que circundan la Secundaria “Maya” y la Primaria “Ford”.
Los he visto tomados de las manos, manos carentes de la fuerza y la belleza de la juventud, aquellas manos que acariciaron la aterciopelada piel de sus hijos cuando eran bebés.
Aquellos pasos presurosos para llegar a tiempo a la casa con el médico o la medicina para aliviar el dolor, hoy se han transformado de presurosos en trémulos.
La mirada perdida en el horizonte, observando cómo el sol deja en el espacio los últimos vestigios de luz.
La cara llena de arrugas y el hablar parco hacen que ustedes sean hoy los abuelos.
Nuevamente los veo caminar, un caminar trémulo después de haber corrido por mucho la vida.
Hoy al verlos caminar observo también la lentitud de mis pasos, ¡me he empezado a ver en ese espejo!
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
