En torno a la numerología y a la teoría del número

De Solares y Resolanas

Vivimos inmersos en un mundo repleto de relaciones numéricas: somos matrículas, homoclaves, números de cuentas y contratos. Vamos a cajeros y disponemos de efectivo gracias a contraseñas. Para cualquier trámite debemos saber nuestro registro federal de causantes y la clave del registro único de población. Inclusive tenemos la costumbre de relacionar números con fechas y eventos significativos para comprar boletos de rifas y demás propaganda que nos ofrece salvar nuestra precaria posición económica. Y todo por la creencia de que existen relaciones numéricas que luego tienen efecto en la vida de las personas.

El número es un concepto que refiere cantidad en relación a su unidad, al orden de una serie y a la forma de representar una cifra. Al número se le asocia con la habilidad de contar y comparar. En la antigüedad contaron a partir de las necesidades agrícolas y comerciales, para determinar con certeza lo más y los menos y entonces conocer con precisión cuantos elementos constituyen materialmente una cosa. La habilidad de contar no es un fenómeno simple, aunque la mayoría de las culturas tienen sistemas de cuenta complejos y estructurados. Para el conteo de objetos físicos lo mismo se usaban los dedos de la mano, piedras, cuentas o animales. Posteriormente se utilizaron marcas especiales que a la larga determinaron los símbolos, como los que se usaron en Mesopotamia para la agrimensura y astronomía. Por ejemplo, existen números romanos y arábigos. Estos los conocieron gracias a matemáticos persas que tenían contacto a su vez con la India, quienes conocieron el 0 al igual que los mayas.

En el siglo VI antes de Cristo, Pitágoras sostuvo que en el número estaba el principio de todas las cosas. Por ello existe una imperante armonía en los movimientos de los cuerpos celestes, con semejanza a la música, la cual se funda en un orden. Precisamente las esferas del universo giran en torno de un punto común que está en el número. A esa relación existente entre los planetas y las cosas, la llamó vibración numérica. Para Pitágoras, las esferas producen música. Mediante su método de numerología descubrió que las palabras tienen un sonido que vibra en consonancia con la frecuencia de los números como una faceta más de la armonía del universo y las leyes de la naturaleza.

Por eso debemos ver al universo como un todo armonioso que emite vibraciones y sonidos. Los números son algo más que una forma de medir las cosas pues expresan la vida misma. Pitágoras creía en la trasmigración de las almas y en el parentesco de todos los seres vivos. Hay quienes piensan que Pitágoras inventó una relación numérica como una forma de comunicación accesible solo a quienes formaban parte de su escuela. La numerología registra los grandes acontecimientos de nuestra historia y quien sabe el sentido verdadero de los números, domina los ciclos de la vida. Para ello Pitágoras desarrolla las matemáticas basadas en teoremas y teorías del cuadrado, las cuáles tienen que ver estrechamente con la música, la geometría, medicina y su teoría filosófica.

Los pitagóricos concibieron los números espaciales, con los cuáles identificaban el punto geométrico con la unidad aritmética. Las unidades tienen una extensión espacial y pueden ser consideradas, a decir de Aristóteles, como el elemento material de las cosas. La doctrina pitagórica del número se basaba en descubrimientos empíricos; en especial cuando expresaba en términos numéricos los intervalos musicales. Galileo una vez sentenció "el libro de la Naturaleza" debía ser leído en lenguaje matemático. Y quien mejor supo entender esto fue Beethoven, quien compuso su novena sinfonía pensando en la armonía y el orden de los cuerpos celestes.

La numerología es considerada una disciplina de corte metafísica, adivinatoria o esotérica, junto con el tarot, la astrología y la quiromancia. Basada en un sistema numérico de tipo decimal. La numerología tiene su fundamento en un conjunto de creencias o tradiciones que tienden a establecer una relación mística entre los números, los seres vivos y las fuerzas naturales como sobrenaturales que imperan en el universo. En consecuencia, todo es previsible a partir del conocimiento o tendencias numéricas. No se le considera una ciencia, pero hay quienes la defienden porque muchas ciencias tienen su origen en conocimientos arcanos y místicos como la astrología y la alquimia. Para quienes se dedican a la numerología, los números son conceptos humanos más perfectos y elevados. Gracias a ellos se puede acceder a las vibraciones secretas que todos tenemos y que solo se conoce a través de códigos. Quienes conocen ese lenguaje secreto, pueden disponer e influir sobre las cosas.

Entonces el 1 representa la unidad, el principio, lo divino, el origen, lo impar, lo indivisible, la base de todo, lo masculino. El 2 la dualidad, principio activo, mujer, el mundo manifiesto, lo divisible. El 3 lo absoluto, expresión total de armonía y equilibrio, el primer número existente pues se necesitan tres puntos para formar la primera figura geométrica. El 4 es el cosmos, la familia, el orden cosmológico organizado en cuatros, número sagrado con el cual los antiguos juraban en su nombre, el número de la cruz cósmica. El 5 tiene que ver con el matrimonio; son los atributos del ser humano (forma, percepción, conciencia, acción y conocimiento), formado de la suma de la dualidad y del equilibrio de contrarios (tres más dos). El 6 es el número de la divinidad en movimiento, la perfección de las partes, la unión de las partes del alma y lo maléfico. Mientras el 7 es la unidad perfecta, el número mayor del cosmos, formado por el tres y cuatro (doble dialéctica), la circunstancia de la vida. El 8 es la igualdad, la ley natural, lo infinito: unión del espíritu con la materia. El 9 es la culminación del tiempo, fragilidad de las cosas humanas. El 10 es la suma de los conocimientos humanos y la nueva humanidad, lo místico formado por la suma de 1, 2, 3. 4: 1 es dios, 2 es materia, 3 es el mundo físico y 4 la reproducción y la totalidad del cosmos. El 11 es lo malo e imperfección y el 12 es número de gracia que mide los cuerpos celestes y sinónimo de verdad.

Para averiguar nuestro número debemos sumar los números de nuestra fecha de nacimiento y si obtenemos un número superior al 9, simplificar nuevamente hasta obtener un número de un dígito entre el 1 y el 9. Por ejemplo si una persona nació el 4 de abril de 1965 tendríamos que sumar: 4+4+1+9+6+5= 29 simplificando nuevamente: 2+ 9 =11 y 1+1 es igual a 2. El número de la persona nacida el 4 de abril de 1965 sería el 2. Personalmente a mi me persigue mucho el 4. Y curiosamente ocurren cosas desagradables el día 28.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina