Profr. Benito López Valadez

Marcos Cuevas González y los siete “animalitos” en 1950

Anécdotas deportivas

Profr. Benito López ValadezEra uno de los años de la década del 50, cuando una noche “serena y obscura”, como dice la canción, salieron, como salía, muy seguido y religiosamente, aquel simpático grupo de -cazadores y pescadores. formado por Marcos Cuevas González, José Cruz, Manuel Bautista, Jesús Bautista, Guadalupe Bautista, Jesús Cantú Conde, Santos Lozano, Gumercindo Lozano y tal vez otros más, que se pegaban, como casi siempre sucede, a una tirada a pie y en la noche y con candil de carburo, por el Charco de Lobo y rumbo al Ojo de Agua o Parque Chapultepec.

Desde de hacer el recorrido, casi en fila india y balazo tras balazo, con el rifle calibre 22 del siempre y alegre cazador y pescador: Don Marcos Cuevas, éste le comenta a José Cruz, llevaba el candil en la frente,

– Solamente me quedan 3 balas.

José le contestó

– Acabándose el parque y nos regresamos a Sabinas, porque ni modo que les tiremos a los animalitos con la hulera.

De repente, en una rama de un encino y a una altura de 3 metros, estaban bien formaditos 7 tejones. Aquí cabe recordar que cuando iban de cacería, casi estaba prohibido entre este grupo de cazadores, mencionar a que animales les iban a tirar, o qué animales iban a cazar, pues de muchos es sabido, aunque se calle, que muchos de ellos tienen sobrenombre y no querían herir la susceptibilidad del compañero, al relacionarlo con el animal que estaban cazando.

Cuando algún cazador mencionaba el nombre del animal que estaban cazando, el aludido protestaba airadamente:

-¿Qué pasó, qué pasó? Más respeto, porque si no al rato yo también voy a decir que animal estamos cazando.

Y así con la palabra que quería escapar de la boca de cada cazador, José le dice a Don Marcos:

– Te voy a aluzar al primer “animalito” y trata de agarrar orden al tirarles y no te pongas nervioso y apúntales bien.

Y así fue, empezó a matar de uno en uno y formaditos -lo tejones- y cuando ya llevaba 5 cazados, José le espeta:

– ¿Qué pasó, Don Marcos? ¿no que nada más traías 3 balas? y ya mató 5 “animalitos”.

No dijo 5 tejones.

Contesta Don Marcos en forma rápida y olímpica y como un rayo o un trueno:

– Es que las demás balas, las traía en la tacuachela.

Y no hubo más comentarios. Lo comentarios vendría muchos años después y alguien meliciosamente sugería que podría haber traído las balas o no. Pero eso sí, él tumbo los 7 “animalitos” y no escapó ninguno. Lo hizo en fila o en orden, los recogieron y a cada para darles el “mate” como se diría en Sabinas años después.