El Sabinazo, un brote democrático

Historia de Sabinas Hidalgo

IX. ¿Participaron dos o más bandos en los hechos?

Desde un mes antes del festival, las fuerzas económicas movieron a ciertas personas para fomentar el odio hacia quienes pretendían realizar el festival pagando cerveza y barbacoa noche tras noche a grupos de jóvenes revoltosos y violentos, azuzándolos contra los organizadores. Todas las noches se efectuaban reuniones en conocido negocio maderero, donde, en vez de discutir racionalmente la conveniencia o no de permitir la manifestación libre de las ideas, se movió a la gente en contra de los jóvenes. Se gastó mucho dinero y saliva en convencer y tener lista a una fuerza de choque semejante a las juventudes hitlerianas, que reprimieron a los judíos en las ciudades alemanas en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Esos jóvenes eran los típicos peleoneros que buscaban la violencia por sí misma, y que fueron aprovechados para imponer las ideas de quienes los patrocinaban. Hubo trabajo intelectual de parte del clero sabinense, así como aportaciones en dinero por los ricos para pagar la barbacoa y la cerveza. Ciertos lidercillos se dieron a la tarea de manipular la información y azuzar a la gente contra el festival, valiéndose de la ingenuidad de la población. Se hicieron circular toda clase de rumores: que les iban a quitar a los hijos, que los iban a enviar a Cuba, que los que tenían pasaporte ya no iban a poder pasar a Estados Unidos, etcétera. Hasta una manta se llegó a colocar en el puente de Laredo, condenando a quienes buscaban un poco de libertad. Esa situación se dio porque años antes una gran sequía había asolado a Sabinas y la región. Las gentes del campo abandonaron sus ranchos y emigraron al pueblo, en busca de trabajo. Los hombres emigraron aunque fuera por temporadas a los Estados Unidos y las mujeres se dedicaron a la industria del vestido. En esa época, un pasaporteado valía más que un titulado de la Universidad de Nuevo León. Los hijos de los ricos eran los únicos que podían acudir a cursar una carrera universitaria en Monterrey y para la clase baja, la carrera de maestro en la Normal Pablo Livas era una solución al problema económico.