Erwin Richardson con Ramón Ábrego y Maricela

Reconocen magnificencia de Erwin Richardson

Beisbol infantil
Erwin Richardson con Ramón Ábrego y Maricela

Una agradable sorpresa fue encontrar el nombre de Erwin Richardson al estar navegando en la Red.

Lo conocimos aquí en Sabinas Hidalgo como delegado del equipo de Ligas Pequeñas de San Martín en el mes de agosto de 1981 al quedar eliminado del Torneo Latinoamericano en Monterrey nos visitó para sostener un juego amistoso con los seleccionados locales y el conjunto de República Dominicana.

En este tiempo lo entrevistamos para Semana Regional y nos sorprendió su forma de ser, amable, atento, altruista, con esa generosidad tan especial que no sólo se manifiesta en el desprendimiento de bienes materiales pues éstos por regla general se efectúan cuando sobran y la entrega no empobrece al donador.

Él buscaba a costa de su trabajo una sociedad más sanan en cuerpo y alma, ideal que nació según él al verlos jugar en un viaje que realizó en agosto de 1977 a Puerto Rico y al mes siguiente ya trabajaba en la formación de los suyos.

Para el año siguiente 1978 la pequeña isla de 50,000 habitantes contaba con 21 equipos de 15 jugadores cada uno, siendo su esposa Amalia figura importante, lo mismo sus 6 hijos, 4 varones y dos niñas graduadas del mismo circuito infantil.

Comenta que nunca ha sido presidente, iniciándose como agente de jugadores para estar pendiente de que todo se ajustara a las más estrictas normas de la legalidad.

Relata la nota de Internet en www.littleleague.org que el Sr. Richardson fue reconocido en el pasado Congreso celebrado en Houston Texas por 30 años de trabajo voluntario en el programa mundial de Williamport, Pensilvania.

Y en la entrevista hace referencia al inicio partiendo de cero y los inconvenientes como molestia de los vecinos porque los niños llegaron a estrellar la pelota en alguna ventana logrando establecerse permanentemente en Phillipsburg.

El estadio se estrenó con un Torneo Latinoamericano en el año de 1982 y no lleva su nombre porque él humildemente no aceptó; dejando claro que la grandeza de los hombres no se mide por su estatura, color de piel, nacionalidad o rango político sino por su buena voluntad, el deseo de servir sólo por la satisfacción de hacerlo.

Representativo de San Martín en el Torneo Latinoamericano de 1981

Representativo de San Martín en el Torneo Latinoamericano de 1981.