Sandra Abrego y Osvaldo Salazar

Participa APANIAS en la Semana Estatal de Personas con Discapacidad

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En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se conmemora este 3 de diciembre, en la ciudad de Monterrey, ese mismo día dieron inicio las actividades de la Semana Estatal de las Personas con Discapacidad 2012 "Bienestar emocional y calidad de vida".

El Día Internacional de las Personas con Discapacidad pretende conseguir que las personas con alguna discapacidad, participen en la sociedad de forma plena y en condiciones de igualdad, objetivo establecido por el Programa de Acción Mundial para las personas con discapacidad que adoptó la Asamblea General de la ONU en 1982. También ofrece la oportunidad de fomentar un cambio en las actitudes hacia estas personas y de eliminar las barreras a su participación en todos los aspectos de la vida.

Sandra Abrego y Osvaldo Salazar
Sandra Abrego y Osvaldo Salazar.

En nuestro municipio, Sabinas Hidalgo, Nuevo León, también se celebra la Semana Estatal de las Personas con Discapacidad la cual inició el día de hoy, y en el programa de la Inauguración me hicieron el gran honor de invitarme para platicar un poco sobre mi experiencia al tener un hijo con autismo y al enfrentarme al ingreso en la Escuela Primaria, aquí se los muestro:

¿Cómo resumir en 10 minutos dos años de peregrinar, de sufrimiento, de impotencia, desesperanza y puertas cerradas en la cara?… Porque eso fue lo que viví de la mano de mi hijo Osvaldo en sus primeros años de escuela primaria.

No vine aquí en papel de víctima, al contrario, estoy aquí con el firme propósito de decirles y demostrarles que si mi hijo, con todo y su Autismo a cuestas, hoy a sus ocho años está incluido e integrado en una escuela donde aprende, juega y se desarrolla como cualquier otro, si él pudo, todos pueden también, pero les quiero compartir mis experiencias para juntos aprender de ellas.

Escuelas primarias recorrimos casi todas buscando una oportunidad, tuvimos desde la que un Director (conociéndonos) no nos quiso recibir, otra en la que ni siquiera había Director pero lo aceptaron (no con muy buena actitud) pero tenía que ir por mi hijo a las 11 am y eso porque regateé la hora, porque querían que fuera por él a las 10am y otra en la que el Director quería que lo llevara sólo 2 ó 3 días a la semana… ¿A esto se le puede llamar INCLUSIÓN?… Esto es la vida real, es lo que yo viví, pero lo mejor, es que ya es parte del pasado, ya lo superamos y ya encontramos la verdadera INTEGRACIÓN escolar, y mención aparte a un más que excelente Maestro de grupo; por fin, estoy tranquila y feliz, gracias al Maestro Mario Guerra y el gran equipo de trabajo que hay en esa escuela.

El trabajo de los profesores es arduo, difícil, lo reconozco, pero también sé que si no están comprometidos, si no aman su profesión, su labor se tornará complicada, porque cada alumno significa un nuevo reto y si no se tiene la mente abierta para aprender nuevos métodos de enseñanza, no se lograrán los objetivos deseados.

A los padres y madres de familia les confieso algo que yo tontamente creía: Sentía que al “aceptar” a mi hijo en cualquier escuela, me estaban haciendo un favor, cuando no es así, simplemente se está cumpliendo con un derecho de mi hijo, después de eso, debe de venir el compromiso de quienes tienen a su cargo ese reto, de hacer lo mejor que puedan por él, así como por el resto del grupo. Siempre busquen ayuda, uno cree que está solo en este camino, pero no es así, hay gente que vive y sufre igual o peor que nosotros, pero juntos podemos darnos apoyo y salir adelante. Debemos entender que para que un niño con autismo o no, avance, necesitamos formar un equipo, con Director, Maestro de grupo, de Apoyo, Psicólogas, pero sobre todo, lo más importante, la familia, que es el núcleo donde él se desarrolla; lean, aprendan, trabajen con él, jueguen y busquen nuevas formas de aprendizaje, a todos les digo: NUNCA se rindan.

A mi casa llegó el Autismo, no conocía nada acerca de él, hasta que tocó a mi puerta, después de pasar por el conocido duelo, luego de aceptar a mi hijo tal y como es, entendí que el Autismo no es una tragedia, la verdadera tragedia es la IGNORANCIA, porque al conocer acerca de este síndrome, al estudiarlo por 6 años, llego hoy a la conclusión de que un niño con autismo es un niño con una diferente forma de pensar, de aprender, de ver la vida, de actuar, DIFERENTE, sólo eso.

Pero si creemos que la ignorancia es lo peor, estamos equivocados, el problema de una persona ignorante en este tema no está en no saber, sino además, en NO querer aprender. A cada maestro o maestra que ha tenido a mi hijo a su cargo, le he dado estrategias a utilizar dentro y fuera del aula, me he encargado de despejar sus dudas y de orientarlo para que juntos logremos el objetivo, alguno llevó a cabo las recomendaciones, alguno leyó la información pero otros ni eso, mi camino ha sido largo y difícil, pero yo me pregunto: ¿Qué hacen con los padres que no saben lo que tiene su hijo, que no entienden o no aceptan lo que les pasa?

APANIAS nació a partir de este cuestionamiento, las tres mamás, Irma, Glenda y yo, platicamos y dijimos: Tú sabes lo que tiene tu hijo, tú sabes cómo se comporta y ¡el por qué! Tú también y yo, pero ¿Y los demás papás? ¿La sociedad? ¿Nuestra comunidad? ¿Los maestros?

Nosotras no podemos cambiar el mundo para nuestros hijos, pero lo que si debemos hacer, es ¡Cambiar cómo el mundo ve a nuestros hijos! No se vale juzgarlos sin antes conocerlos, mínimo, no se vale decir: “Con él yo no puedo”, no se vale, ni como madre, padre ni como maestro, porque es nuestra obligación aceptar lo que nos toque y no sólo eso, sino adecuarnos a ellos, instruirnos, leer, estudiar siempre para poder recibirlos con la mejor actitud, y al decir aceptarlos, no me refiero a tenerlos en un rincón del salón o sacarlo del mismo y que ande por el patio toda la mañana, sino intentar integrarlos, buscar las herramientas y apoyo necesario para lograrlo, créanme que sí se puede, es mucho trabajo, sí, pero tener esa satisfacción del deber cumplido, no tiene precio.

Hablar de discapacidad, la verdad no me gusta, en mi sentir y pensar, las personas “normales” no existen, debemos de aceptar que TODOS somos diferentes y si somos honestos, TODOS tenemos por lo menos una discapacidad en la cual trabajar, pero definitivamente en mi opinión, la peor, es la de no tener tolerancia y bondad.

El autismo se marca como una discapacidad, pero no es una enfermedad, sino un síndrome, osea un conjunto de síntomas que se presentan juntos y que caracterizan un trastorno, es por eso que no tiene cura, pero a base de tratamientos adecuados, amor, paciencia, perseverancia, trabajo, empeño, dedicación y disciplina por parte de la familia de estos niños, de ellos mismos, de terapeutas y maestros, pueden integrarse exitosamente a la sociedad y ser adultos de bien.

Se cree que las personas con autismo están en su propio mundo. Yo les digo que: Si queremos, podemos entrar a su mundo, conocerlo y descubrir lo maravilloso que es.

Se cree que los niños con autismo no aprenden. Yo les digo que: Con prácticas y enseñanzas acopladas a ellos, sí lo hacen, como bien se dice “si el niño no aprende de la manera que tú le enseñas, enséñale de la manera que él aprende”.

Se cree que 1 de cada 100 niños tiene autismo. Yo les digo: Echen cuentas, ¿Cuántos les tocan a cada escuela? Maestros, ¿Cuántos tendrán a su cargo en toda su carrera profesional? Se los dejo de tarea…

Para terminar, les comparto una de las tantas frases de mi Osvaldo que a mí, el año pasado me hizo reflexionar: Mami, ¿Me podrías cambiar de escuela por favor? Es que en mi escuela los niños son muy chiflados, no se sientan, no hacen caso, así como mi hermanito Gael, luego, yo me desespero y grito y ellos se asustan, pero ¡Yo quiero tener amigos! Pero que mis amigos ¡No se asusten y me tengan miedo!

NUNCA me cansaré de agradecer la existencia de mis tres hijos, los amo por igual… pero a Osvaldo le debo el hecho de que todos los días trato de ser una mejor mamá, más positiva y con buena actitud, ha venido a hacer mi vida más plena con sus pequeños y grandes logros, gracias a él, he aprendido mucho, más de lo que yo le he podido enseñar, estoy segura que él y los niños como él vinieron a este mundo con la misión de hacer de todos nosotros unas mejores personas, atrévanse a conocerlos y verán de lo que les estoy hablando.

Muchas gracias a todas las personas organizadoras del evento por invitarme y darme la oportunidad de hablar no sólo por mí, sino a nombre de todas las mamás que como yo, tienen la gran fortuna de contar con un hijo con autismo.