Conocido también en la historia como Las Norias de Baján; el lugar donde capturaron a Miguel Hidalgo y a aproximadamente mil insurgentes… asociamos de acuerdo al nombre un lugar en el que debió de haber norias, agua y vegetación; sin embargo la realidad es distinta en lo que en ocasiones asociamos e imaginamos.
Gracias a la invitación que recibimos del Profesor Arturo Delgado Moya Presidente de la Asociación de Historia y Geografía de Nuevo León a través del Profr. Héctor Jaime Treviño Villarreal, Presidente del Consejo de Historia de Sabinas Hidalgo, N.L.
La mañana del 20 de marzo del 2011, acudimos el Sr. Noé Guadiana y su esposa la Dra. Eva Villarreal de Guadiana, la Profra. Graciela Santos Buentello, la Srita. Indira Hernández Montemayor, el Arq. Abelardo Hernández Hdez. y una servidora junto con una comitiva de aproximadamente 80 personas, entre quienes se encontraban investigadores, historiadores, escritores, periodistas, y amantes de la historia.
El recorrido fue muy enriquecedor; después de tres horas de haber salido de la ciudad de Monterrey, N.L., poco antes de llegar a la ciudad de Monclova, Coahuila, seguimos por el entronque hacia Acatita de Baján por una camino de un kilómetro y medio pavimentado para seguir el recorrido de 7 kilómetros de estrechas y polvorientas veredas enmarcadas por un árido paisaje en el que hasta los nopales están secos.
Los dos autobuses “coahuilenses” se perdían entre el polvo y el calor lo sentíamos cada vez más, al fin llegamos, junto a una pequeña loma y en medio de la nada se hace notar un Obelisco de aproximadamente 9 metros, este monumento de piedra en la parte frontal tiene el escudo nacional y una placa conmemorativa y el nombre de Hidalgo, y en los demás lados tiene el nombre de Allende, Aldama y Abasolo, esta columna se localiza en una explanada de concreto.
Junto a este monumento se localiza otro más pequeño con un escrito de 1938. También frente a este obelisco se ubica un asta bandera y a un lado de la explanada se ubica un panorámico alusivo a la fecha, ya que el 21 de marzo de 1811 fue cuando Hidalgo y su ejército fueron aprendidos en este mismo lugar.
La ceremonia dio inicio la elocuente voz del Lic. José Manuel Reyna de la Fuente, se escuchó para dar la bienvenida a los asistentes y presentar a las autoridades del municipio de Castaños, Coahuila entre quienes estaban el Lic. José Marines, regidor de este municipio quien tomó la palabra, para agradecer la presencia de todos y cada una de las personas allí reunidas.
Posteriormente Don Arturo Berrueto, Presidente de Investigadores y Director Editorial del Gobierno de Coahuila, hizo una intervención para comentar entre otras cosas que luego de haber cruzado Saltillo, Hacienda Santa María y Cuesta de Cabrito Hidalgo y 1013 personas fueron capturados justo allí en Acatita de Baján y fueron conducidos a Monclova, las palabras del maestro Berrueto estuvieron cargadas de emoción y llenas de sabiduría, con detalles muy interesantes de ese imborrable episodio de la historia.
Tomó la palabra el maestro Arturo Delgado Moya, agradeció la presencia de todos los asistentes a este evento, hablando sobre el monumento de piedra, mencionado que dicho lugar es reconocido nacionalmente como “Altar de la Patria”, su mensaje fue muy interesante y al concluir el Lic. Hernando Castillo Guerra, hizo brotar lágrimas en algunos de los presentes con su emotivo mensaje.
En el que comentó: “hace 200 años se cometió la mas infames de las traiciones”… así nos recordó que estábamos ahí para “abrir una ventana hacia el pasado histórico” y que en ese día todos como verdaderos patriotas estábamos ante ese monumento para depositar simbólicas rosas del recuerdo y escuchar palabras donde se exaltan los valores de héroes y heroínas que nos dieron lo más preciado que podemos tener: Independencia.
También mencionó que el destino castiga justamente a quienes cometen actos ruines y de maldad; refiriéndose a la traición de Ignacio Elizondo, del obispo Marín y Porras y del cura Sánchez Navarro…
Habló también de la muerte de Indalecio Allende de 17 años, (hijo de Ignacio Allende) quien fue acribillado en ese lugar por defender la causa insurgente.
La temperatura continuaba ascendiendo pero también la emoción, entre las personalidades que fueron presentadas estaban entre otros: J. Antonio Vázquez, Raúl Colín Treviño, Ana María Herrera Arredondo, Miriam de León, Héctor Jaime Treviño y Arturo Delgado Moya.
Es importante agradecer al Profesor Héctor Jaime Treviño Villarreal quien me dio la oportunidad y el honor de dar lectura a la placa conmemorativa:
“1753 1953. Padre Hidalgo: Hasta este sitio en que caíste prisionero el 21 de marzo de 1811, junto con los que iniciaron contigo la independencia de México, las generaciones coahuilenses vienen a rendirte el testimonio de su imperecedera gratitud. Ilumina nuestro pensamiento con tu ejemplo y fortalece nuestra conducta con el fervor de tu alma, para que seamos dignos del suelo que tú ennobleciste con el sacrificio de tu vida. Loma del prendimiento 21 de marzo de 1953. Año de Hidalgo”.
Debo mencionar que al llegar al lugar mi primer impulso fue leer la placa y al hacerlo sentí como se erizaba mi piel y se estremecía mi corazón sin saber aún que tendría el privilegio de leerla ante los asistentes.
La ceremonia concluyó con una oración:
“Gloria a Hidalgo y paz en los corazones de los buenos mexicanos”.
Continuaron las fotos del recuerdo algunos asistentes a la Loma del Prendimiento de Hidalgo, para luego trasladarnos a la ciudad de Monclova para visitar el museo Coahuila y Texas, donde su director Lucas Martínez Sánchez nos dio una muy platica muy detallada sobre el cautiverio de Miguel Hidalgo en ese mismo lugar que en ese entonces era el Hospital Real desde 1804, posteriormente se convirtió en prisión y ahora es Museo…
Allí tuvimos la oportunidad de saludar al “Conde de Agualeguas”, personaje norestense con gran trayectoria en las costumbres de la región y luego nos trasladamos al Restaurant “La Parroquia”, donde disfrutamos de una deliciosa comida ofrecida por el Alcalde de Monclova Dr. Armando Castro Castro y su esposa.
No cabe duda que el tiempo es uno de los más preciados tesoros de la humanidad, pero el darnos tiempo para ser testigos y dejar testimonio para las nuevas generaciones es fundamental pues solo compartiendo los que vivimos y sentimos podemos dejar una auténtico legado.
Gracias por esta invitación que nos ha dado la oportunidad no solo de atesorar sino también de compartir esta experiencia.
La autora en la ceremonia celebrada en Acatita de Baján.