Hay personas que pasan por la vida, y no tan solo pasan por la vida, sino que pisan fuerte y al hacerlo dejan huella. “Layo” como lo conoce mucha gente es una de esas personas; parco al hablar pero esplendido en el actuar…
Hay personas que pasan por la vida, y no tan solo pasan por la vida, sino que pisan fuerte y al hacerlo dejan huella. “Layo” como lo conoce mucha gente es una de esas personas; parco al hablar pero esplendido en el actuar. Hablar de “Layo” es hablar de muchas cosas, es hablar de entrega desinteresada a lo que le nace en lo más profundo de su ser: “El deporte” y en particular el beisbol en todos sus niveles. Tiene tal vez más de cuarenta años, en que con una dedicación envidiable, sin ambicionar trofeos, sin ambicionar reconocimientos y sin tener paga alguna; ha tenido una visión clara del deporte en el pueblo. Por muchos años ha promovido el deporte infantil y lo ha hecho siguiendo los lineamientos y reglas del beisbol pequeño de Williamsport, Pensilvania.
Hay una camioneta color verde, estacionada en una explana frente a Sabinas Hidalgo. net, ésta es para el traslado de jugadores pero dicho “mueble” requiere de mantenimiento y hay aportaciones económicas a la Liga “en forma anónima”. El beisbol de “Liga Pequeña” de Sabinas Hidalgo llegó a un campeonato nacional en la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua allá por el año de mil novecientos ochenta y eso gracias al esfuerzo de muchos pero en forma muy especial de Hilario Vázquez de la Torre “Layo”. Aún existe en el pueblo un Club Deportivo denominado “Los Vikingos” del cual Vázquez de la Torre fue socio fundador y donde allí ha sido de todo; desde aguador y carga bates, hasta jugador, manager y patrocinador. Bien por él y por todos aquellos que han hecho del deporte una pasión desinteresada.
Garza Inocencio