La versatilidad de su pluma era asombrosa, tan es así que pasaba del frío análisis histórico hasta la belleza profunda del romanticismo. Convertía en hermosos relatos las imágenes y las voces que bullían en su cerebro y en su corazón.
Fue un hombre que no necesitó estar en un lugar para apreciar y aquilatar a los que allí moraban. Él vivía allá por la Colonia Mitras y su mente escribía sobre los que aquí estaban o aquí estuvieron.
Cabral dice en una de sus múltiples interpretaciones: “No soy de aquí, ni soy de allá”, que bello epitafio para un gran amigo que se ha ido y sobre todo para el gran Quijota de la Crónica.
Él decía que cuando volvió lo que estaba, ya no estaba y preguntaba ¿Dónde se fueron todas las cosas? Y fue así como el volver se convirtió en desesperación de sentirse perdido en su propio mundo.
Alguien dijo que era otro tiempo y que ya no había distancias, entonces empezó a escribir sobre aquel pueblo donde nación, aquel pueblo que ya estaba hecho y que había sido su original mundo.
Hoy felicitamos a todos aquellos que de una manera otra, hicieron posible que el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Nuevo León, con sede en nuestra ciudad, lleve el nombre de CELSO GARZA GUAJARDO, hombre visionario de las letras.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
Garza Incencio
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo.