De nuevo la Madre Naturaleza, nos da una prueba más de lo que puede hacer; tiene un poder grande y perenne sobre lo que en la superficie del globo existe.
De nuevo la Madre Naturaleza, nos da una prueba más de lo que puede hacer; tiene un poder grande y perenne sobre lo que en la superficie del globo existe.
De nuevo la madre Naturaleza dejó caer su látigo devastador; a veces es el fuego causado por los rayos; el agua que inunda todo y que también se lleva todo lo que a su paso encuentra. El viento huracanado que siembra desolación y echa por tierra todo aquello levantado por el esfuerzo humano. Sí, la fuerza de la naturaleza representada por el fuego, el agua y el viento nos tienen donde “pisan” por los incendios, las inundaciones y los huracanes. Nos falta un elemento y es la tierra, y aunque todos tal vez pensamos que es inofensiva, cuando se “enoja” también produce grandes calamidades, llámense destrucción y muerte. Hoy una pequeña isla del Caribe recibió los embates de un gran terremoto, que entre paréntesis echó por tierra el Palacio Presidencial, lo que significa que la Madre Naturaleza no hace distingos de colores ni de clases. Hoy un macrosismo ha destruido un pueblo que clama por nuestra solidaridad. Agua, pan, medicina, y vestido se necesitan no mañana, sino ahora. Hagamos uso una vez más de la solidaridad a la que ya estamos acostumbrados. Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.