Parece ser que solo hay uno, porque de cuando en vez lo vemos circular por las calles del pueblo; parece ser que ese coche tirado por un caballo pertenece al señor Garza; es un coche de aquellos que otrora tiempo trasladaban a quienes lo solicitaban a los más variados lugares.
Cuando era niño nuestros padres nos decían anda al sitio de coches y le dices a Don Lupe Lozano o a Matilde que venga para que nos lleve al “hancón”. Sí, al “hancón” aquel gran pedazo de tierra ubicado al poniente donde terminaba el caserío y en la orilla norte del río Sabinas; de “aquel río Sabinas” por donde corrían abundantes y cristalinas aguas, que nos invitaban a darnos un “chapuzón” en aquel tiempo en que tener un traje de baño era un lujo que no podíamos darnos.
Algunos conocían ese “hancón” como la “Quinta Gloria”; ahí había naranjos de diferentes clases, aquellos que producían las grandes “naranjas ombligonas”, otros que producían las dulces naranjas mandarinas, o las sabrosas naranjas “sangre de toro”, se encontraban también aguacates de las más diferentes clases, había manzanos, duraznos, perales, higueras, nogales.
Una angosta acequia pasaban por aquel “hancón” y los regadores colocaban grandes pedazos de madera y una lona en las “compuertas” y hacían que el agua se desviara hacia los “tajos” y éstos eran inundados.
La luna brillaba en todo su esplendor y Pedro Garza Ugarte por algunos conocidos como “Pedro Taquillas” y su esposa auxiliaban a los regadores en su faena, hoy la acequia está triste o tal vez ya no existe.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.