Palabras, palabras, palabras… dicen que somos animales, pero que somos animales pensantes y que nos encontramos en la cima de todos los demás.
Recordando dibujos y pie de grabado de un libro llamado “Poco a poco” que por cierto era el único instrumento de lectura que poseíamos, allá cuando cursábamos el segundo año de primaria y en sus primeras páginas decía: El perro ladra, el gato maúlla, el cerdo gruñe, la paloma arrulla, el cuervo cracita, la rana croa, el pájaro canta, el toro brama, la vaca muge, el becerro berrea, y no se cuántas cosas más.
Pero los animales expresan de muy diferente manera sus necesidades.
Y nosotros como Pascal dijo: “Somos unas cañas, las más débiles de todas, pero somos unas cañas pensantes” y por ello también tenemos y debemos expresar nuestros sentimientos, que para nosotros y para muchos otros pueden ser expresados con la palabra, facultad exclusiva del humano.
Palabras, palabras, palabras… que a diferencia de los demás es exclusiva de los humanos, ya que solo nosotros la poseemos y con ella podemos decir: Gracias por tu apoyo, sigue siendo como eres, nunca cambies, quiero quedarme en tu recuerdo, te amo, dame una segunda oportunidad, dale alegría a mi corazón, ¿me perdonas?, te extraño, no me olvides, quiero ser tu amigo, no hay nadie como tu.
Palabras, palabras, palabras…
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.