Ayer por la tarde, fui a tomarme unas fotos que requería; no estaba el dueño, sin embargo nos atendió en forma por demás amable su joven hijo, necesitamos unas fotos le dije, “pero de ya” pues nos urgían tanto a mi como a mi esposa.
Y ante nuestra premura nos señala de forma inmediata un pequeño cuarto que a manera de tocador servía para dar los últimos toques al cabello, para obtener una mejor imagen fotográfica, y le dije: “Yo aunque me arreglé no pude salir mejor” y en ese instante recordé un letrero que vi hace tiempo en un estudio fotográfico: “Como yo lo veo cuesta cincuenta pesos, como usted cree verse setenta pesos y como usted le gustaría verse cien pesos”.
La mayoría de nosotros nos metemos en toda clase de dificultades porque tratamos de engañarnos. Existe la eterna tentación de pretender algo que no somos. Debemos ser lo suficientemente inteligentes para saber lo que no sabemos. La presunción puede destruirnos.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.