Muchas pláticas por la tarde y algunas otras cuando empezaba a oscurecer, se requería algo de comodidad y de aquellos lugares de reunión, empezaban a sacar sillas, aquellas sillas de palmito, traídas de la ciudad de Villaldama, muchas de ellas llegaban al pueblo en el carretón de Don Pedro Garza Ugarte a quien muchos conocían como “Pedro Taquillas”, originario de Villaldama, pero se casó en Sabinas y vivía en la Quinta “Gloria”.
Cabe mencionar que las sillas de palmito, en ese entonces se rentaban para algunas actividades sociales como bodas o cumpleaños y también eran solicitadas para los “velorios”, ya que los sucesos mencionados se llevaban a efecto en los domicilios particulares.
Las pláticas de las esquinas, las sillas de palmito y el consumo de naranjas y cacahuates por los interlocutores; en ese entonces la tranquilidad y la sabiduría de todos aquellos sabinenses de una y mil formas analizaban el mundo, aquel mundo pequeño circunscrito a los límites del poblado o a algunas comunidades demasiado pequeñas de la periferia.
También existían otros grupos que se reunían con la misma finalidad del comentario y el análisis cerca de los centros de espectáculos los cines “Baldazo y Olimpia” o en aquellas bancas de mármol y granito de la Plaza Principal.
Pero así está el mundo y estas son Nuestras Cosas.
Hasta la próxima.