A Pinocho le crecía la nariz cada vez que decía una mentira.
Todos en la trayectoria de nuestra vida, alguna vez hemos sido el alma del personaje de aquel cuento.
No significa lo anterior que siempre imitemos a Pinocho, pero quizás algunos, o quizás nosotros también le ganamos a este personaje en ocasiones muchas y variadas.
A veces prometemos lo que no podemos cumplir, para algunos son promesas incumplidas, pero para otros son mentiras puras, y la mentira es falsedad y la falsedad y la mentira denigran.
Procuremos cumplir con nuestra palabra, porque buscar pretextos para eludir una responsabilidad es fácil.
La mentira y la corrupción han existido desde siempre. Pero resulta que con la corrupción estamos descubriendo el hilo negro, cuando es verdad éste es conocido de atrás tiempo.
Los que juzgaron a Cristo eran corruptos y hasta hubo un traidor por treinta monedas.
Corrupción y dinero desde hace tiempo contaminan al hombre y a Pinocho le sigue creciendo la nariz como en el cuento.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.