Muchos de nosotros hemos ido de paseo a las playas de Acapulco, algunos otros han oído hablar de este maravilloso lugar turístico ubicándolo en el mapa de la República Mexicana, pero por lo general no nos hemos puesto a pensar cual es el verdadero origen de su nombre.
La leyenda cuenta que hace muchísimos años vivía en la parte media de la bahía de lo que hoy es Acapulco, una noble tribu sedentaria llamada Yope, la cual vivía feliz, en paz y armonía hasta que sus integrantes fueron atacados ferozmente por una tribu Náhuatl que además de derrotarlos los obligó a huir en busca de otro lugar propicio para vivir y establecerse.
La tribu vencedora que era nómada por excelencia, al poco tiempo abandona aquel bello paraje para ir en busca de otros lugares propicios para su actividad principal que era la cacería de animales; mas sin embargo durante su corta estancia en aquel sitio, la esposa del jefe de la tribu dio a luz un hermoso varoncito a quien pusieron por nombre Acátl (carrizo), el cual fue encomendado a la protección de Quetzalcóatl.
Así pasaron los años y Acátl creció muy alejado de la bahía, al tiempo, pasó de ser niño y adolescente hasta convertirse en un joven fuerte y apuesto; como era natural había llegado a la edad de merecer y de pensar en casarse por lo que solicitó y obtuvo el permiso de su padre para salir en busca de la mujer apropiada. Después de un extenso caminar por la praderas y valles llegó al sitio donde se habían establecido los Yope después de haber sido desalojado de su territorio.
Momentos después de haberse encontrado casualmente con aquella tribu, quedó prendado a primera vista de una joven y hermosa mujer, ella se llamaba Quiáhuitl y para pronto atendiendo los latidos de su corazón le correspondió con su más tierno amor, sólo que su padre quien era el jefe de la tribu, al enterarse que aquel pretendiente era hijo de su acérrimo enemigo que años atrás lo había derrotado, no solo se negó a que se casara con su hija, sino que echó a Acátl de sus dominios, maldiciéndolo y pidiéndole a sus dioses que lo hechizaran de tal manera que acabaran con su vida. Acátl, se retiró triste y desconsolado de aquellas tierras derramando grandes y gruesas gotas de lágrimas sobre sus mejillas, rodando por su piel, sin imaginar que así se empezaba a consumir el hechizo pues sus abundantes lágrimas fueron poco a poco consumiendo su cuerpo hasta convertirlo en un charco lleno de lodo del cual empezaron a brotar carrizos como si fueran sus hijos.
Quetzalcóatl al enterarse del daño que le habían causado a su protegido, se enfureció y como venganza en contra de los Yope, eligió a Quiáhuitl, convirtiéndola en una gran nube que impulsada por los celos se descargó en forma de tromba sobre la bahía donde habían emergido del lodo los hijos de Acátl. Aquel lugar fue totalmente destruido y Quiáhuitl se fundió en el lodo con su amado, consumándose así el fin de su gran amor.
De los nombres de los dos protagonistas de esta hermosa historia de amor narrada en la leyenda, procede la denominación de Acapulco que es la fusión de Acátl y Quiáhuitl.
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo