Nació un 10 de agosto de 1916 en Sabinas Hidalgo, hermosa tierra, semillero y cuna de grandes y excelentes maestros y él, no podía ser la excepción, educador honesto, honrado en la mas alta expresión de la palabra, líder nato; pulcro en el hablar, actuar y en su forma de vestir, acudiendo a su escuela secundaria en la cual trabajaba, ataviado impecablemente de elegantes trajes, los cuales compraba hechos o se los mandaba confeccionar.
Lo conocí cuando ya era director de la Escuela Secundaria "Profr. Antonio Solís", laborando en la misma con distinguidos y eficientes compañeros, formando con ellos un verdadero equipo de trabajo donde reinaban las buenas relaciones humanas.
Fue en esa escuela que dirigió como director el maestro Daniel, por espacio de veinte años, donde a iniciativa suya, se implantó entre los alumnos varones el uso de la corbata, por lo que antes de sonar el timbre que daba inicio a las clases, en forma rápida nos colocábamos este accesorio; siendo allí donde aprendimos la forma de hacer los dos tipos de nudos (sencillo y doble), esto ayudados al principio por algún compañero diestro en ello, llegando con el tiempo y hasta la fecha, a realizar esta actividad en forma mecánica y como dicen por allí: "hasta con los ojos cerrados".
El uso de este complemento del buen vestir, era significado de disciplina e inicio de la formalidad personal; gracias a esta disposición, desde entonces con suma facilidad anudamos cuando el momento lo amerita, nuestra corbata, recordando gratamente por ello, a quien tuvo en nuestra adolescencia, aquella brillante idea.
El Profr. Daniel Guadiana Ibarra, nació y vivió hasta su juventud al lado de sus padres, Sr. Apolinar Guadiana y Sra. Trinidad Ibarra Valle; en la casa situada en la esquina sureste de las calles Juárez y Altamirano, ubicada en el popular barrio de Sonora. Fue el doceavo hijo de una numerosa familia de trece vástagos, de los cuales uno de ellos de nombre David, fallece a los dos años de edad, por lo cual al nacer el siguiente niño, le adjudican el mismo nombre, por lo que este matrimonio hubo de criar y educar a los doce hijos restantes de los cuales cuatro eran mujeres y ocho fueron del sexo masculino, respondiendo a los nombres de: Apolinar, José, Rafael, David, Lucía, María, Guadalupe, Trinidad, Jesús, Miguel, Daniel y Enrique.
Hijo de una familia campesina, integrada por numerosos miembros, sufrió como era de esperarse, de algunas carencias, pero ello no fue obstáculo para ingresar a la educación primaria, apenas cumplidos los cinco años de edad, haciendo sus estudios en la "Escuela Mayor F. Hernández" (hoy "Manuel M. García"), en donde mostró siempre una inteligencia superior al resto de sus condiscípulos, permitiendo ello que sus maestros lo promovieran de grado, llegando a concluir su educación primaria poco antes de cumplir los once años. ¡Y desde entonces, ponía de manifiesto sus extraordinarias cualidades intelectuales que mostraría a lo largo de su fructífera existencia, aunadas a los mas altos valores morales que siempre le caracterizaron!
Continuará…
Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo