Hoy brincamos un ciclo más en la vida; un espacio que hace 365 días estábamos en las mismas condiciones, deseándonos lo mejor aunque el panorama con la inseguridad, la sequía y la voracidad hacendaria, opacaban los nobles sentimientos.
Insisto, fueron 365 oportunidades para buscar y encontrar a pesar de las vicisitudes progreso y bienestar para todos, si lo logramos a medias o no concretamos nada, no hay que buscar culpables, sino soluciones, pues somos los arquitectos de nuestro propio destino.
Lo cierto es que se fue el 2013 y nos dejó muchas cosas por hacer y demasiado que expresar, todo es cuestión de darle una hojeada al diario de los apuntes personales y plasmarlos resumidos, con el fin de que las nuevas generaciones se den cuenta de nuestros aciertos y sobre todo de los errores, y no tropiecen con la misma piedra.
Sin ser una autoridad para externar algún tipo de profundos conocimientos, el sentido común nos dice que este 2014 va a ser un año extraordinario para Carlos Slim, la élite empresarial o políticos que los protegen o rodean.
Pero a las clases media y baja sus expectativas de progreso, sin el ánimo de conducirlos al pesimismo, son muy diferentes, y solo redoblando esfuerzos, con la alegría de un carioca en carnaval y el espíritu de sacrificio de un guerrero Azteca, se podrán superar.
Lamerse las heridas llorando en un rincón, lamentándonos de la corrupción propiciada por nosotros mismos, no se vale, si está en las manos nuestras evitarla, como no se vale tampoco, vivir de puros programas del gobierno populista, sin necesidad de ello.
Cultivando valores, en la escuela, en el trabajo, inclusive en la calle y por supuesto en el hogar, venciendo la apatía, entregando el extra en todas y cada una de las actividades emprendidas, con dignidad, mucho optimismo y la expresión de siempre, iniciemos otra etapa más de nuestra existencia: Feliz año nuevo 2014.