Feliz Año 2009

Editoriales

Con el paso del tiempo, las condiciones corporales se van a la baja como todo, otoño, el atardecer o los últimos días del año, y nos invade un sentimiento de nostalgia por aquellos días que ya no volverán y los desaprovechamos.

Y a la vez de esperanza por la ilusión de hacer el próximo año todo y más de lo que no realizamos por diferentes causas, no importa, eso ya se fue y no nos vamos a sentar a lamentarnos y a llorar, sino todo lo contrario, con alegría concretar lo antes planeado.

Porque mientras el cuerpo se debilita, la voluntad se fortalece y nos sentimos más aptos y decididos de lograr nuestros propósitos, no sólo para beneficio personal, si se puede por aquellos que están batallando para despegar.

La edad no sólo deja arrugas en el rostro, con el tiempo se aprende que la alegría vence a la tristeza y la esperanza aporta la seguridad, la capacidad de utilizar el tiempo constructivamente y sobre todo, con más creatividad.

Un año más para algunos, un año menos de existencia para otros, son 365 días de aprendizaje, de experiencia para disfrutar, por encima de las adversidades, el resto de vida que nos quede.

Las ilusiones, los sueños son cosa del ayer, sólo para el derrotado; sin cerrar los ojos al panorama no muy halagador que digamos, con millones de compatriotas, de hermanos que habrán de sufrir, algunos por la pérdida del empleo, otros recibiendo un incremento de dos pesos diarios en su percepción salarial.

La clase media, agobiada por la cascada de impuestos, los bancos como sanguijuelas sangrando al país, los aumentos en la materia prima, empezando con la gasolina.

Aún así, vamos a luchar por sacar adelante a la familia, al barrio, al pueblo, al Estado, a México, si es posible, y para no perder la costumbre, porque mientras haya vida hay esperanza: Feliz Año Nuevo.