La Organización de las Naciones Unidas declaró al 2009 como el Año Internacional de la Astronomía y ello nos lleva a realizar una serie de reflexiones en torno a dicha ciencia tan enigmática como atractiva.
La Organización de las Naciones Unidas declaró al 2009 como el Año Internacional de la Astronomía y ello nos lleva a realizar una serie de reflexiones en torno a dicha ciencia tan enigmática como atractiva. La filosofía, como madre de todas las ciencias, trata de explicar tres problemas fundamentales que son el ser, el pensar y el actuar. Se consideran tres tipos de seres: dios, el universo y el ser humano. Incluso se dice que los seres tienen tres cualidades: unidad, bondad y belleza.
Uno de los primeros problemas que interesaron al ser humano fueron los del universo. Porque estos estaban acostumbrados a ver hacia el cielo en las noches estrelladas. Prueba de ello es que la mayoría de las pinturas rupestres, petrograbados, estelas y demás monumentos prehistóricos nos hablan sobre como los antiguos observaban y veían a las estrellas y al universo que podían contemplar con su vista. De hecho, buena parte de su existencia y subsistencia se debía al registro y conocimiento de llos ciclos de la naturaleza tanto exterior como de la tierra. Fue cuando les dio por pensar que lo que pasaba allá arriba de una u otra forma repercutiría aquí en la tierra.
Precisamente los antiguos pensaban que todo en el universo estaba enlazado. El universo había sido creado por un dios y en consecuencia el momento de la creación hablaba de la belleza como atributo divino. Belleza en griego se dice cosmos y prueba de ello es que actualmente a la persona que trata y cuida de la belleza de otros recibe el nombre de cosmetóloga.
Si buscamos en la Biblia, veremos que el salmo 19 refiere literalmente que: los cielos pregonan la gloria de Dios. El firmamento anuncia la obra de sus manos. De igual forma el salmo 8 canta: cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, que es el ser humano para que te acuerdes de él. En ambas citas los hebreos conferían una relación muy estrecha entre lo creado y el creador.
Para entender y conocer la sabiduría divina, el ser humano clasificó el conocimiento en siete artes liberales, tres de ellas llamadas trivium que tratan de la lógica, gramática y de la retórica, cuya finalidad era la de aprender a pensar, escribir y hablar. Las otras cuatro, cuadrivium eran la matemática, la música, la geometría y la astrología.
Se considera en la historia de las civilizaciones que los primeros astrólogos de la antigüedad fueron los pueblos asirios caldeos, muy dados a la observancia y conocimiento del universo. Por ejemplo, ellos inventaron la semana de siete días, acostumbrados a ver los cielos, pensaban que el universo mantenía una fuerte influencia sobre la vida de las personas y que cuando uno ser humano nacía; la hora, el lugar y el espacio estaban alineados de acuerdo a un horóscopo. Se tenía la creencia de que la tierra al dar la vuelta sobre el sol, pasaba por doce casas (horóscopo) que estaban regidas por planetas y constelaciones. De ahí que el sacerdote, como hombre de culto, debía ser mago, chamán o adivino para poder descifrar los designios divinos que se reflejaban en las cosas del universo.
Lamentablemente con el correr del tiempo, la astrología cayó en un grave descrédito, al igual que muchas disciplinas que le daban ser, sentido y fin a la actividad del ser humano. Y dicen que cuando la leyenda se convirtió en historia, el mito en filosofía, la alquimia en la química y la astrología en astronomía, se consolidan las civilizaciones.
La astrología era la clave para entender la unidad entre el cosmos y el ser humano. Pero en la mayoría de las veces ésta estaba sometida a planteamientos que no resistían el rigor científico ni la metodología propia de los hombres de ciencia. Esto se explica en parte de que en ese tiempo se consideraba que la ciencia era la disposición entre el entendimiento y las cosas que están fuera de mí. Con el correr del tiempo, la astrología será practicada por físicos y matemáticos que van a entender al universo como un todo: espacio, tiempo, materia y energía. Y en consecuencia, los astrónomos a diferencia de los astrólogos, están interesados en descubrir todos los cuerpos que constituyen el cosmos, la manera en que interactúan con la radiación y la forma en que evolucionan. Para ello aplican a los astros las leyes de la física que habían sido descubiertas en la tierra. De ahí que se aplicara la sentencia de Galileo, de que el lenguaje del universo está escrito en un lenguaje matemático y la herramienta básica será el telescopio, creado por el alemán Hans Lipperhay a fines del siglo XVII. Desde entonces el telescopio es la llave para la observación y comprensión del espacio exterior.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina