Hoy es la oportunidad no sólo para sentirnos bien nosotros mismos, sino de hacer sentir mejor a los demás.
Hoy es la ocasión propicia para reflexionar la búsqueda de un sistema de vida más equitativo, y no me refiero a repartir riquezas, simplemente a ser más justos, más humanos.
Hoy está en nuestras manos, según la tradición, desprendernos de una mínima parte y hacer feliz al que no tiene nada.
Hoy podría ser un día histórico, de hecho, lo es, si tomamos como hábito nuestras buenas intenciones y nos despojamos de egoísmos y egolatrías para siempre.
Hoy les propongo, para honrar a nuestros seres queridos que se nos adelantaron o abandonaron el sinuoso camino de la vida para pernoctar en la paz de su sepulcro, a ser como ellos, cuando menos.
Hoy vamos a brindar para que este espíritu de paz, alegría y fraternidad perdure.
Hoy y siempre, mis amigos, y los que todavía no lo son, reciban un cordial saludo con su respectivo abrazo, como símbolo de nuestros mejores deseos.
Feliz Navidad.