En Santa Catarina también se estableció el primer museo de historia en el noreste mexicano, en otra edificación característica al entorno municipal, es la construcción con estructura de sillar que data del siglo pasado. Originalmente se quiso destinar para templo dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe, pero por razones desconocidas, el edificio no fue concluido.
El predio está situado a poco más de un kilómetro partiendo de la plaza. Originalmente el edificio estaba solitario en un vasto terreno que después dio origen a la colonia Zimex. La totalidad del terreno mide 49,55 metros de frente por 67,30 de fondo, con una superficie total de 3,334.72 metros cuadrados. El edificio que alberga al Monumento al General Morazán y a la Cueva del Club de Leones tiene de lado 9.60 metros por 28.60 metros de frente.
La fachada principal muestra al Monumento al general Francisco Morazán. Tiene relieves prehispánicos, tales como caballeros águila con sus escudos. En la parte central sobresale una torre con tres cuerpos. En la parte inferior de la misma está la placa conmemorativa del establecimiento del monumento. En la parte central de la torre hay un escudo relacionado los países centroamericanos y en la parte superior una columna que sostiene una reja.
Dentro del local existe un mural que fue elaborado por Manuel Frías en 1966 que reproduce a una familia de leones afuera de una cueva situada entre las principales montañas de la localidad. La restauración del edificio obedeció a la intención de establecer en él un pequeño museo latinoamericano de carácter histórico. Para lo cual se instalaron los restos del patriota republicano Platón Sánchez originario de Cempoal, Veracruz. Sánchez se distinguió por su valentía en la guerra de Reforma y contra la intervención francesa. Le tocó participar como integrante del Consejo de Guerra que condenó a muerte a Maximiliano de Habsburgo en Querétaro. Fue asesinado en 1867 en Galeana, Nuevo León, por parte de un regimiento pagado por la esposa de Maximiliano, Carlota de Bélgica.
Los restos de Platón Sánchez permanecieron olvidados en la Hacienda del Refugio de Galeana. Por lo que el historiador Apolinar Núñez de León le hizo saber al Ing. Manuel de León Arratia, entonces Cónsul Honorario de Honduras, del total abandono en que se tenía a los restos mortales de dicho militar. Por lo que el Ing. de León Arratia formó un comité integrado por Benjamín Salinas, Joel Rocha, Nicolás Rodríguez, Manuel Martínez, José Calderón, Domingo Zorrilla, Rómulo Garza, Hernán Sada e Ignacio Santos, quienes hicieron gestiones para trasladar los restos de Platón Sánchez; por lo que creyeron idóneo instalarlos en el Monumento a Morazán en 1943.
El 3 de octubre de 1943 llegó a Santa Catarina la urna con los restos mortales de Platón Sánchez. Para recibirla con los honores respectivos, el Cabildo encabezado por Fidel Ayala Jiménez, iniciaron una guardia de honor de 10 minutos para luego desfilar ante la urna un total de 570 personas invitadas al evento. Luego se hizo un simulacro de guerra en los alrededores.
El 20 de noviembre de 1944 se concluyó bajo los auspicios del comité encabezado por el Ing. de León Arratia, el entonces Gobernador del Estado Arturo B. de la Garza y el respectivo Cabildo se inauguró el Monumento al General Morazán con la intención de profundizar los vínculos de hermandad entre México y los países centroamericanos. Para lo cual se develó una placa conmemorativa con la siguiente inscripción:
“Al libertador, el Gral. Francisco Morazán, fundador y mártir de la Confederación Centroamericana. En ocasión al primer centenario de su sacrificio, le dedican éste monumento los Señores Presidentes de México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. A iniciativa del Ing. Manuel de León Arratia, Presidente del Patronato realizador de la obra”.
Morazán había nacido en Tegucigalpa, Honduras en 1792. Fue jefe del estado mayor de Honduras de 1827 a 1828. Presidió y promovió la Federación Centro Americana de 1830 a 1840 y gobernó a Costa Rica en 1842 hasta que fue depuesto y fusilado en ese año.
Lamentablemente el edificio quedó en desuso y con el paso del tiempo, mucha gente pensó que había dinero escondido en el interior, por lo que comenzaron a excavar dañando los muros, el piso y la cimentación. Llegando a profanar la urna que contenía los restos de Platón Sánchez. Ignoro como le hizo el Gobierno de Veracruz para darse cuenta del total descuido, por lo que hizo los trámites necesarios para llevarse los restos de Platón Sánchez en 1954. Santa Catarina no objetó la devolución de la urna y se las mandó. Pero al poco tiempo, el Gobierno de Veracruz solicitaba que también regresaran el cráneo faltante de Platón Sánchez. Seguramente alguien puso el cráneo en alguna otra parte. Es probable que los buscadores de tesoros lo hayan olvidado por ahí. En la década de los 60, el Club de Leones de Santa Catarina, consiguió en comodato al inmueble y hasta 1996 se utilizó como centro social.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina